mi nueva página web

Este es mi antiguo blog visita el nuevo en 36escalones.com

martes, 13 de enero de 2015

Dios y el fundamentalismo religioso


Hola de nuevo a todos.

En estos últimos días todos estamos intentando asimilar una de esas acciones que a la mayoría de los seres humanos nos deja el sabor amargo de la irrealidad.

Muchas cosas pueden hacernos sentir mal, pero pocas producen tanto malestar como aquellas que no somos capaces de comprender o cuando las pequeñas realidades de gente sin capacidad para ver más allá de sus narices se interponen en lo que nosotros considerábamos valores universales.

Quisiera hoy, en consecuencia, analizar esta realidad desde un punto de vista mucho más amplio, a fin de intentar descubrir con vosotros el sinsentido y la estupidez de estas acciones.

Y digo bien, creo que este tipo de acciones, vengan de donde vengan,  las reclame quien las reclame y crean tener la justificación que ellos consideren oportuna, no solo se pueden calificar de  barbarie, sinsentido o salvajismo, sino también y sobre todo de estupidez.

Voy a intentar explicar con la siguiente reflexión porqué utilizo este adjetivo.

Desde el principio del pensamiento humano, todas aquellas personas o colectivos que se han dedicado a indagar en la realidad trascendente de nuestra especie, intentaron advertirnos de que la comprensión de la divinidad quedaba fuera del alcance del ser humano.

Nos dijeron que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y nosotros entendimos que el hombre debía encerrar la deidad en el humilde cascarón que reviste nuestra temporalidad. Pero nadie nos había dicho que ese cascarón fuese nuestra identidad, de hecho si algo nos advirtieron esos mismos maestros fue que no confundiésemos contenido y continente.

En ese camino por entender de forma equivocada la trascendencia que se nos escapa, comenzamos a crear pequeños y miserables dioses por  doquier con tal falta de límites en el proceso, que hasta los españoles llegados a tierras americanas fueron considerados como tales.

Hoy os propongo hacer un esfuerzo por salir de esa caja restrictiva y acercarnos a esa trascendencia como lo haría un niño, sin los límites sociales impuestos.

Intentemos centrarnos para ello en la que, hasta el momento, se tiene como la teoría más cierta de lo que pudiera haber sido el principio de todo lo que conocemos como nuestro mundo.

Al principio fue una partícula de luz, una partícula energética tan densa que, por algún motivo que aún no conocemos estalló en un Big Bang creando a su paso tiempo y espacio.

Y ¿de qué forma lo hizo?, pues a la luz de lo que sobre el comportamiento de la energía y la materia conocemos, parece que es la frecuencia de vibración de esa energía la que determina sus características, y están van desde la más sutil energía hasta la más densa materia.

La vibración es sonido, por tanto no sería descabellado considerar en este contexto la siguiente afirmación (Al principio era el verbo y el verbo estaba en Dios, y el verbo era Dios, por él han sido hechas todas las cosas, y sin él nada de lo que existe ha sido hecho).

En este proceso no obstante, existe otra interrogante, si convenimos que somos seres conscientes, y que la consciencia es algo distinto a la luz y la materia ¿En qué momento de este proceso apareció la consciencia?

También podríamos convenir que la consciencia no es algo distinto a la luz y a la materia, que es otra forma de la energía, pero así también llegaríamos al mismo punto.

El punto en cuestión es que, salvo que a alguien se le ocurra un motivo por el cual la consciencia pudiera haber aparecido de la nada, en un momento X de ese proceso de creación, lo más lógico es pensar que ya estaba presente en el principio.

Como he dicho antes, ya fuera como un segundo elemento junto con la energía que explosiona, o bien entendiendo que esa energía preexistente y la consciencia eran la misma cosa, en cualquier caso, repito, llegamos al mismo punto, HE AQUI DIOS.

(A Dios nadie lo vio jamás, solo aquel que procede de Dios, ese ha visto a Dios)

Analicemos entonces aquí esta realidad: Si esa energía preexistente era consciente, tenía voluntad de actuar, tendríamos aquí el principio de todas las religiones que intentan explicar nuestra realidad trascendente.

Probablemente los conceptos  resultaban tan inabarcables que se cometió el error de definir el proceso diciendo que Dios creó el mundo, cuando probablemente se debió decir que Dios se convirtió en el mundo.

De nuevo tenemos que echar mano a esos conceptos que, durante milenios, los maestros trascendidos nos han ido legando.

Todas las tradiciones espirituales, de una u otra forma, nos han dicho que "Como es arriba es abajo, que como el microcosmos el macrocosmos, que como es adentro es afuera"

Recuerdo que hace algún tiempo colgué en este blog un hermoso video que hacía un recorrido desde un electrón hasta una estrella distante, atravesando para ello todas las capas de la realidad, desde lo más microscópico hasta la inmensidad del  universo. El autor de este video hacía ese viaje para  demostrarnos que el microcosmos era igual al macrocosmos, de hecho la imagen que abre el video es idéntica a la imagen final.

La geometría fractal por otro lado, también nos ha venido a demostrar que en el universo, cada parte autoreplica al todo (a su imagen y semejanza)

Por eso cuando algún yogui, místico o maestro, meditando o en éxtasis, ha alcanzado por un momento algo parecido a la iluminación, siempre lo describen de la misma forma (De pronto sentí que no tenía límites, que mi ser lo abarcaba todo). También Jesús lo dijo (corta un árbol y me encontrarás, levanta una piedra y allí estaré yo) (estaba en Dios y vuelvo a él).

Pero ¿cómo podemos comprender que somos esa consciencia del todo si nuestra mente solo percibe nuestra pequeña realidad?

Tal vez cogiendo otra de esas frases guía (como el microcosmos el macrocosmos).

¿Por qué no nos fijamos en cómo funciona el milagro de la vida que observamos a diario?

Un óvulo es una célula (como antes con el Big Bang, también aquí ignoramos cuando aparece la consciencia).  De pronto ese óvulo, al juntarse con el espermatozoide, comienza a dividirse.

En la primera fase de crecimiento del embrión, todas y cada una de sus células contiene la información de la totalidad, es igual a la totalidad.

Sin embargo hay un momento en este proceso de desarrollo, cuando se comienzan a crear los órganos, en el que algo dentro de cada célula restringe la mayor parte de la información, dejando solo aquella que será útil para el nuevo cometido de esa célula.

Así las células del hígado solo tendrán la información de este órganos, e igualmente pasará con cada órgano.

Es seguro que esta restricción de información no solo está justificada, sino que es imprescindible para que cada célula realice correctamente su función.

Probablemente sea ese el motivo por el que cada uno de nosotros solo somos conscientes de nuestra pequeña realidad en esta vida.

Pero, y aquí hay una reflexión importante, cada célula y cada órgano es imprescindible para que la totalidad sea viable, y sobre todo, cada una de esas células es susceptible de recuperar esa información y convertirse en una célula madre.

Imaginaros ahora, que en un momento determinado, las orgullosas e importantes neuronas deciden que las células del páncreas están equivocadas, que no tienen ni idea de la realidad del  cuerpo y que además son peligrosas porque pueden confundir a las células del hígado o a las de los riñones. Entonces estos vigías salvadores del cuerpo, deciden que hay que aniquilar a las células del páncreas, o tal vez encarcelarlas, aislarlas o enseñarles una nueva doctrina.

En cualquier caso las células del páncreas dejan de ser libres, de hacer su función o el último caso son aniquiladas.

¿Os suena de algo? ¿sabéis como se llama esto?

Se llama CÁNCER.

Y ¿sabéis porque al principio de este artículo definía el integrismo no solo como salvaje sino ESTÚPIDO?

Pues porque cuando las neuronas terminen su trabajo y acaben con el páncreas, el cuerpo  morirá y con él el cerebro y las orgullosas neuronas.

A lo mejor de esta forma llegamos a entender que lo que GOLPEA A UNO HIERE A TODOS.

martes, 6 de enero de 2015

La VERDAD os hará libres


Hola de nuevo a todos. Soy consciente de que mi última entrada pudo parecer a muchos que me recreaba en un problema sin solución que no conducía a otro lugar  más que a un estado de desesperanza.

Sin embargo, permitidme hoy intentar aclarar la necesidad de semejante enredo.

En la entrada anterior pretendí dejar medianamente claro que la crisis que nos están vendiendo no tiene sentido. Que es absurdo aceptar sin más que aún habiendo excedentes de alimentos que acaban en la basura o disponer de materiales, mano de obra e incluso viviendas vacías, no es posible idear una fórmula para que estos bienes sirvan a las personas que lo necesitan y que no existe otra opción viable más que dejar a las personas sin los bienes necesarios y destruir estos por otro lado.

Sin embargo, cualquier economista explicaría los motivos que justifican esta paradoja de tal forma, que después de escucharlo quedarías convencido de que no queda otra opción que rendirse a la evidencia y admitir que efectivamente no es posible hacer otra cosa.

Pues hablando de paradojas, creo que puedo servirme de ellas para explicar lo siguiente:

¿Recordáis alguno de esos problemas que se cuentan entre amigos para demostrar que las matemáticas fallan?

Sí, de esos que cuando lo escuchas sabes que no es posible, que algo falla, pero la forma en la que te lo cuentan te hace pensar que efectivamente, las matemáticas fallan y el problema no tiene solución. Mejor pongo un ejemplo:
 
Una tienda de discos hizo una liquidación saldando un grupo de 30 discos de rock a razón de 2 discos por 10 euros y un segundo grupo de otros 30 discos de rock, en lotes de 3 discos por 10 euros. Al cabo del primer día ya los había vendido todos.

Los discos del lote “2x10” hicieron en caja 150 euros. Los del otro lote “3x10”, ingresaron 100 euros. En total, el primer día se ingresaron 250 euros en la venta de esos 60 discos.

Al día siguiente, el encargado puso otro 60 discos en el mostrador. Entonces pensó: ¿para que molestarme en clasificarlos? Si vendo 30 a razón de 2x10 y otros 30 a razón de 3x10, ¿por que no los junto todos y los vendo en lotes de 5x20 euros? El resultado será el mismo.

A la hora de cerrar se había vuelto a vender los 60 discos, a razón de 5x20 euros. Pero cuando el encargado hizo cuentas, vio con gran sorpresa que sólo había recaudado 240 euros y no 250.

¿Que puede haber ocurrido? ¿Se habrá equivocado el vendedor al dar el cambio?

Es obvio que lo que ocurre aquí es que la forma de plantear el problema hace que desviemos la atención del verdadero problema y nos enredemos en el planteamiento.

No es más que una forma de engañar a nuestro cerebro enredándonos para que no podamos ver la solución.

Para poder ver el verdadero problema debemos salirnos por completo del planteamiento propuesto, debemos simplificar para encontrar el motivo del supuesto error.

Por supuesto nadie ha equivocado el cambio.

En realidad todo el enredo se basa en partir de una afirmación falsa haciéndola pasar por una realidad indiscutible.

La explicación a este desfase está en que en 30 discos salen más conjuntos de 2 que de 3.

El precio de los discos pertenecientes a los conjuntos de 2 es más caro que el de los discos de los conjuntos de 3. Al hacer conjuntos de 5 estamos equilibrando el número y perdemos dinero.

Es fácil averiguarlo si hacemos el siguiente cálculo:

En principio tenemos mitad de discos de un precio y mitad de otro, pero cada disco del conjunto de 2x10 sale a 5 euros y cada disco del conjunto 3x10 sale a 3,33 euros. Si calculamos el precio de una pareja con un disco de un grupo y otro del otro grupo, la pareja saldría por 8,33 euros.

Sin embargo si hacemos un conjunto de 5x20, en este conjunto todos los discos saldrían por el mismo precio, cada disco costaría 4 euros. Si sumamos dos de estos discos la pareja nos saldría por 8 euros.

Estaríamos entonces perdiendo 0,33 en cada pareja de discos.

Como tenemos 60 discos, tenemos 30 parejas y 30x0,33 es igual a 9,9 (el pequeño desfase es debido a que yo he simplificado decimales, en realidad 10 dividido entre 3 no es 3,33 sino 3,3333333333333.....)

Bien, pues dicho lo anterior, mucho me temo que es eso mismo lo que está ocurriendo con la situación económica mundial, sabemos que no tiene sentido, pero no somos capaces de desliar la madeja dialéctica y encontrar el truco.

Llegados a este punto, tal vez debemos preguntarnos no el qué, sino el por qué.

Dicho de otro modo, si realmente están intentando liarnos sin que los hechos apoyen la necesidad de hacerlo, debe existir una razón.

Quienes sois padres o madres vais a entender con facilidad este ejemplo: cuando alguno de vuestros hijos está interesado en algo que vosotros consideráis inconveniente ¿qué hacéis para desviar su atención del objeto de su interés?

Imagino que la mayoría de vosotros habéis contestado que distraerlo con otra cosa.

¿Es eso lo que ocurre?

¿Están nuestros "padres sociales" intentando desviar nuestra atención de alguna otra cosa?

Y de ser así ¿de qué es de lo que intentan desviar nuestra atención?, porque dicho así, todo esto pudiera parecer un brindis al sol.

Sin embargo, yo tengo una idea bastante definida de cual pudiese ser ese elemento inconveniente objeto de dicha maniobra de distracción.

Intentaré explicarla para someterla a vuestra consideración.

Desde que en la segunda mitad del siglo XX se plantearan los principios de la física cuántica, un nuevo mundo de posibilidades inimaginables hasta entonces ha empezado a hacerse un hueco en nuestro cerebro. Conceptos como el indeterminismo, la duplicidad onda partícula y otros muchos, contrarios en principio a nuestra lógica física, están abriendo una grieta en nuestra forma de ver la realidad.

Es cierto que son principios difíciles de comprender ya que son radicalmente contrarios al comportamiento físico que observamos de forma cotidiana en el mundo macroscópico. De todos ellos, quizás el concepto más importante y revolucionario pueda ser el de que la consciencia del observador puede interferir en las condiciones del objeto observado.

Esto ha hecho que cada vez más autores científicos empiecen a plantearse conceptos filosóficos-espirituales no bien comprendidos hasta ahora y a compararlos con el comportamiento de esa energía.

La interrelación entre la energía y la consciencia ha sido analizada entre otros por Fritjof Capra (Doctor en física teórica por la Universidad de Viena) en El Tao de la Física. Y la relación entre la consciencia y los ladrillos primordiales de la vida por Francis S. Collins (Genetista, líder del proyecto Genoma Humano y premio Príncipe de Asturias) en ¿cómo habla Dios?

La incorporación de los conceptos cuánticos ha acelerado notablemente nuestra comprensión del universo y ha provocado toda una nueva serie de conexiones neuronales impensables a principios del siglo XX.

Existen en los últimos tiempos muchos datos que indican que podemos estar viviendo el proceso de un cambio de consciencia, o dicho con más propiedad, una nueva forma de entender la consciencia.

Esa consciencia hasta ahora mal comprendida y peor explicada que empezamos a vislumbrar que tal vez constituya un elemento único y de mucha más relevancia en la creación del mundo que experimentamos, de la que hemos imaginado hasta el momento.

En entradas anteriores de este blog, hemos planteado y analizado que ese comportamiento de la energía, donde el observador decide en última instancia su posición, pudiera trasladarse al mundo macroscópico que experimentamos. Que nuestra imposibilidad para interferir en la materia pudiera ser más la consecuencia de no tener incorporada esa posibilidad en nuestra consciencia que de una limitación cierta de la materia.

¿Pudiera ser ese el motivo de la necesaria distracción antes planteada?

¿Y si estamos cerca de averiguar y comprender que el mundo no es de ninguna forma determinada, sino que somos nosotros quienes decidimos su forma?

¿Y si llegamos a comprender  que la fe mueve montañas?

¿Y si descubrimos la falacia de “hay que ver para creer” y descubrimos que en realidad “hay que creer para ver?

¿Y si terminamos descubriendo que no es el mundo el que nos deprime a nosotros, que somos nosotros quienes creamos un mundo deprimente?

Os dejo un video que aunque un poco largo, si os interesa un nuevo punto de vista sobre esto, no os debéis perder.

 

Después de esto, mi formula para la crisis tal vez la pueda resumir en la siguiente parodia musical.