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lunes, 27 de mayo de 2013

Adivinación ¿todo verdad? ¿todo mentira?


¿Por qué este título?
Bueno, porque a pesar de que el tema ha sido utilizado con frecuencia en ambientes y con fines indudablemente frívolos, esa circunstancia no me parece suficiente motivo como para desechar por completo todo lo referente a lo que yo creo que sigue siendo un misterio digno de reflexión.
Al menos, no antes de que me haya planteado unas cuantas preguntas al respecto.
Incluso, no debiéramos desechar, a priori, la posibilidad de que esta frivolidad haya sido utilizada, en ocasiones, convenientemente a fin de alejar a las personas “serias” de la tentación de iniciar un análisis más serio y profundo sobre sus verdaderos fundamentos.
Pero como a mí sí que me parece que el tema merece alguna reflexión más profunda, hoy he decidido adentrarme en los oscuros senderos de la adivinación.
Tengo que decir, que según lo que yo he podido observar, indagar e incluso experimentar, en honor a la verdad, no podría decir que todo es verdad, pero tampoco podría decir que todo es mentira.
Y no pudiendo decir que todo es mentira, la situación me plantea algunos importantes interrogantes: ¿Qué parte de verdad hay entonces en ello?, ¿cómo puede explicarse esa parte de verdad?.
Bueno, yo no dispongo ni de medios ni de conocimientos como para estructurar certezas basadas en experimentaciones científicas, así que me limitaré a plantear algunos interrogantes y algunas posibilidades que, al menos para mí, resultan de interés.
Empezaré entonces con una declaración de principios que ya he expuesto con anterioridad en este mismo blog.
Ya he manifestado y reitero ahora, que creo firmemente que si algo forma parte de la realidad, ha de estar relacionado  de algún modo con el resto de elementos que componen esa misma realidad.
Así que si  hay algo de verdad en esta vertiente de la experiencia humana, bajo mi punto de vista, indudablemente debe estar relacionada con otras vertientes de nuestra realidad, y me refiero sobre todo a aquella parte de la realidad más encuadradas en el ámbito científico.
Para analizar, entonces, lo que de verdad pueda existir en el tema de la adivinación, comenzaré planteando una interrogante de principio.
Si tenemos en cuenta que según las consecuencias que podemos deducir de la ley de la relatividad, pasado, presente y futuro coexisten de algún modo en este universo espacio-temporal, no deberíamos desechar a priori la posibilidad de acceder a ellos de alguna forma.
Cierto es que por el momento, los viajes en el tiempo, son una imposibilidad física, relegada solo a las novelas de ciencia ficción, pero ¿puede la energía, realizar ese viaje, imposible para la materia?
Si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, tal vez deberíamos plantearnos si nuestra consciencia forma un todo con la materia que la porta, o si por el contrario es independiente de esta y existe la posibilidad de que actúe por su cuenta y en solitario en determinadas circunstancias.
Existen experiencias de tipo extracorpóreas, que pueden decantar la balanza hacia la segunda posibilidad.
Hay que decir también, que es sabido que hace ya tiempo, en círculos científicos, se viene investigando sobre el origen de ese tipo de experiencias, a las que se puede llegar a través de experiencias místicas, meditativas, provocando estados alterados de conciencia con músicas o drogas, o con las conocidas experiencias cercanas a la muerte (paros cerebrales).
Tras observar una batería importante de casos, y analizando que en todos ellos se producía una variación en la actividad de determinada zona en el lóbulo temporal derecho de cerebro, llegaron a la conclusión, de que esta zona es la responsable de la liberación de cierta sustancia que provoca en el individuo una serie de alucinaciones mentales y sensoriales que pueden traducirse como experiencias místicas.
Tal vez esa sea una explicación más o menos válida, sin embargo en esta teoría fallan muchos detalles. Por ejemplo casos donde los pacientes en muerte clínica y en la mesa de operaciones ha sido capaces de relatar con todo lujo de detalle, escenas que en esos momentos se estaban desarrollando en otras estancias del hospital. O casos en los que los pacientes relatan imágenes de su propia situación y la de los médicos en el momento en que intentaban reanimarlo, vividas como un espectador que observa la escena desde fuera.
Sé que muchos de estos testimonios se han intentado desacreditar con explicaciones más o menos acertadas, sin embargo creo que los testimonios son tantos y la solvencia de quienes la recogen tan importante, que no es de recibo despacharlas todas como simple superchería.
Y no pudiendo despacharlas todas, tenemos que reconocer que aunque solo quedasen en pie un 3 por ciento de los casos, sería un número más que suficiente como para que decidiéramos plantearnos una buena batería de preguntas.
Si la alucinación provocada por una sustancia alucinógena segregada por nuestro cerebro no puede explicar todos los casos, ¿cuál sería entonces la explicación alternativa?.
Por otra parte, es evidente que el lóbulo temporal derecho del cerebro, está relacionado directamente con estas experiencias. Se ha comprobado incluso que estimulando algunas zonas del mismo, podemos provocar la experiencia. Si la explicación de la alucinación por endorfinas no resulta cien por cien válida como explicación a dicha experiencia, entonces, ¿cuál es la función de ese lóbulo temporal derecho del cerebro?
¿Y si la consciencia fuese (como por otra parte le corresponde a su naturaleza energética) eterna, modificándose y transformándose pero acumulando toda la información? ¿Y si la función de dicho órgano no fuera la de crear alucinaciones o fantasías sino la de hacer de dique cortafuegos para que la información acumulada durante milenios no dificulte la experiencia de una vida cotidiana tal como la conocemos? ¿y si además ejerciera la función de  una suerte de anclaje que uniese consciencia y cuerpo?.
Cuando apagásemos el cerebro, bien sea de forma involuntaria con un coma, una parada cardiorrespiratoria temporal o de forma voluntaria, mediante métodos de meditación o estimulando en laboratorio de esa parte del lóbulo temporal derecho, lo que provocaríamos es que ese dique se abriese y de esa forma la consciencia dejaría de estar sujeta a la máquina biológica que la porta temporalmente.
En este caso, cabría la posibilidad de que, en determinados momentos y determinadas consciencias, pudiesen acceder a información que en nuestro continuo espacio tiempo consideramos inviable.
¿Cómo funcionarían, en estos casos, los métodos de adivinación?
Yo tendría aquí en cuenta dos cosas: el subconsciente colectivo y el indeterminismo cuántico.
Para buscar una respuesta a esta pregunta, disponemos de los siguientes datos:
--La información es energía, y la energía no se crea ni destruye. Es más que probable, como además estudiaron y propusieron grandes maestros y pensadores de todos los tiempos, que exista un registro colectivo donde de algún modo, se recoja toda esa información, a este registro se le ha dado muchos nombres: subconsciente colectivo, alma colectiva o registro akásico. En ese registro estaría toda la información disponible, sin olvidar que en el mundo de la energía, pasado, presente y futuro no existen, toda la información forma parte de un presente continuo, al menos esas parecen ser las consecuencias del pasado visitable que se plantea según la ley de la relatividad.
--Nuestra consciencia puede tener acceso a ese registro colectivo, pues forma parte del mismo.
En este, sólo nos quedaría un escollo que salvar.
Escollo que por otra parte, resulta bien conocido por los profesionales de la psicología. Se trata de la conexión  entre nuestro consciente y nuestro subconsciente. Se me ocurre que tal vez pudiésemos compararlo con los proxys o el control parental que se usan en informática para restringir el acceso de determinados usuarios o niños menores a determinadas páginas de contenidos erótico o similar.
El problema radicaría aquí, en como podríamos acceder a esa información guardada o conectada a nuestro subconsciente.
Se me ocurre una forma que tal vez pueda parecer una locura. ¿Y si las leyes de indeterminismo de la física cuántica estuviesen rigiendo también nuestro mundo sin que fuésemos conscientes de ello.
Aquí es donde entraría en juego el principio de indeterminismo de Heisemberg. En este caso, las cartas y sus direcciones no estarían determinadas en tanto no las destapásemos, así que sería la observación del vidente y del propio interesado, en este caso, la que colapsaría la posición y por tanto determinaría que cartas aparecen y en qué posición, según convenga para qué en ellas aparezca aquello que ya se encuentra en sus propios subconscientes.
Estaríamos determinando la realidad según lo que ya sabemos de ella. Algo así como creer para ver y no ver para creer.
Por último, ¿podrían la imágenes y todo el ritual actuar como método de concentración?. Algo parecido a lo que hacen los psicólogos con las manchas que muestran a sus pacientes. La mancha, la forma y el color hace que afloren al consciente imágenes del subconsciente. De esta forma interpretaríamos la información esbozada por las cartas.
Yo no digo que esto vaya a erigirse como una verdad científica, sin embargo creo que hay elementos suficientes para el análisis.
Obviamente tampoco creo en la videncia de 24 horas. Si la persona que puede, a veces, acceder a estos estados de consciencia, pudiese hacerlo a tiempo completo, seguramente tendríamos que contarla entre los seres considerados como iluminados, y algo me dice que eso y el afán lucrativo no comparten la misma dimensión dentro de este universo, así que si hemos de escuchar el buen consejo del maestro y atender a sus actos para conocer a las personas, yo no marcaría un número de consulta de videncia.
Seguramente, si hay gente con esta capacidad, y creo que sí que las hay, ha de ser seguramente alguien con la suficiente altura moral  como para atender a otro gran consejo “lo que gratis recibisteis, dadlo gratis”.

martes, 21 de mayo de 2013

Astrología, ¿conocimiento ancestral o superchería?


¿Qué puede haber de verdad en la influencia de constelaciones y planetas en nuestra constitución física y psíquica?

He de comenzar aclarando que cuando hablo de astrología no me refiero al típico horóscopo de bolsillo, que nos cuenta el día nefasto o maravilloso que vamos a tener y el chico guapo que hoy nos va a hacer ojitos. Sinceramente en estos casos, cuando funciona creo que se trata más bien de la típica profecía autocumplida. La creencia de quien lee el horóscopo está afectando directamente en el diseño de su experiencia vital ese día y va a terminar fabricándose un día a la medida de sus expectativas, lo que no prueba que los astros puedan llegar a tal nivel de detalles, más bien prueba que somos creadores de nuestra realidad y necesitamos catalizadores para hacerlo.

De la que quiero hablar en este blog es de la otra astrología, de la que mide el nivel de influencia de los elementos existentes en el cosmos sobre la configuración del otros componentes de ese mismo universo. Esa que fue ciencia antaño y que solo a raíz de una bula papal  por parte de Urbano VIII en 1586, fue condenada oficialmente y a raiz de una segunda bula papal en 1631 fue considerada herética.

Después de analizar con detalle este tema, he llegado a la conclusión de que con el rechazo total a la posibilidad de que la distribución de los astros tengan alguna influencia en nuestra vida y entorno, hemos perdido en cuanto a conocimiento de nuestra realidad.

Intentaré explicarme:

Hoy leía “La mente nueva del emperador” de Roger Penrose, hay que decir en honor a la verdad, que es un libro interesante pero que, al menos  para mí, resulta endiabladamente complicado.

El caso es que encontré un párrafo que me parece digno de reflexión. Lo copio aquí en negrita para analizarlo detenidamente:

El conjunto de Mandelbrot proporciona un ejemplo sorprendente. Su estructura maravillosamente elaborada no fue la invención de ninguna persona, ni el diseño  de un equipo de matemáticos. El propio Benoit Mandelbrot, el matemático polaco-estadounidense (protagonista de la teoría fractal) que primero estudió el conjunto no tenía ninguna concepción previa acerca de la fantástica elaboración inherente al mismo, aunque sabía que estaba en la pista de algo muy interesante. De hecho,  cuando empezaron a surgir sus primeras imágenes de computadora, él tuvo la impresión de que las estructuras difusas que estaba viendo eran el resultado de un mal funcionamiento de la computadora (Mandelbrot, 1986).

Sólo más tarde llegó a convencerse de que estaban realmente en el propio conjunto. Además, los detalles completos de la compleja estructura del conjunto de Mandelbrot no pueden ser aprehendidos realmente por ninguno de nosotros, ni pueden ser completamente revelados por una computadora. Parecería que esta estructura no es sólo parte de nuestras mentes sino que tiene una realidad autónoma. Cualquiera que sea el entusiasta matemático o computadora que decida examinar el conjunto, encontrará aproximaciones a la misma estructura matemática fundamental.

No hay ninguna verdadera diferencia que dependa de la computadora que se utilice para hacer los cálculos (siempre que la computadora tenga una precisión suficiente), aparte del hecho de que las diferencias en velocidad y memoria de la computadora, y capacidades de representación gráfica, puedan conducir a diferencias en los detalles finos que saldrán a la luz y en la velocidad con que se produce este detalle. La computadora está siendo utilizada  esencialmente de la misma forma en que el físico experimental utiliza un aparato experimental para explorar la estructura del mundo físico. El conjunto de Mandelbrot no es una invención de la mente humana; fue un descubrimiento. Al igual que el Monte Everest, el conjunto de Mandelbrot está ahí.
 

Con el conjunto de Mandelbrot nos estamos refiriendo a la imagen fractal incluida en alguna entrada anterior de este blog. Añado de nuevo una imagen, a fin de que resulte ilustrativo.
 
 

Penrose se refiere en este párrafo a que lo que el ordenador recoge está realmente ahí. A que si las pequeñas variaciones de la figura aparecieran en el mismo tiempo y lugar en ordenadores distintos, dichas variaciones podrían ser achacables a los cálculos realizados por un ordenador u otro, pero si ambos ordenadores realizan la misma figura en un mismo tiempo y lugar y se producen esas pequeñas variaciones en distinto tiempo y lugar, entonces los ordenadores están recogiendo las variaciones existentes en realidad en ese momento.

Ya hemos analizado con anterioridad parte de estos conceptos, pero creo que es necesario traerlos a colación.

¿Qué determina la disposición en la que se estructura la energía?.

Se supone que es el tipo de energía que forma parte de dicha estructuración.

Y ¿Qué determina ese tipo de energía?

También hemos analizado con anterioridad que solo existe un tipo de energía y que es su nivel de vibración el que determina el tipo de partícula en la que se define.

Por otra parte, sabemos por la ley de resonancia, que un cuerpo arrastrará en su vibración a los cuerpos que resuenen en la misma frecuencia.

Es obvio que cada cuerpo celeste tiene una frecuencia distinta, que depende de su densidad y vibración.

Resulta muy ilustrativo escuchar los distintos sonidos grabados y que ponen sonido a esas vibraciones.
 
 

Realmente este sonido se debe a un fenómeno electromagnético causado por ondas de plasma en los cinturones de radiación de los planetas.

Así que, no resulta descabellado pensar, que cada uno de esos cuerpos, dependiendo de su posición, pueden ejercer determinada influencia en nuestra configuración física y energética en el momento de su formación.

Me gustaría jugar con un ejemplo:

Si introducimos una patata en el microondas, su tiempo de cocción va a depender no sólo de la potencia empleada y la naturaleza primitiva de la patata, sino de con que la acompañemos, así dependiendo de si la introducimos sóla, con agua o con aceite, vamos a necesitar tiempos y temperaturas distintas, pero no sólo el proceso será distinto, también vamos a obtener resultados distintos con propiedades distintas, pues de la patata sola obtendremos una patata asada, la que metimos con agua resultará cocida y la que acompañamos con aceite se habrá convertido en una patata frita.

¿No son acaso, cada cuerpo dentro de este universo, grandes y pequeños microondas?.

Estimo por tanto que todas estas circunstancias, van a influir en nosotros y nos van a predisponer de una u otra forma para reaccionar a determinados estímulos, y por tanto van a definir nuestra mayor o menor tolerancia a un nivel de vibración distinto, que en cada momento ejercerá el Universo sobre nosotros.

Si bien es cierto que estas circunstancias pueden averiguarse astrológicamente, no debemos olvidar que a una conjunción similar, debemos añadirle la influencia que en estos precisos momentos, estemos pudiendo ejercer en el cosmos, o los pequeños microondas que serían nuestro amigos y familiares que nos rodean.

Pero creo que puede resultar muy útil para comprender porque nos sentimos a veces de alguna forma en especial.

Así que en cuando a la Astrología se refiere, el hecho de haber nacido bajo una influencia de vibración más fuerte o estresante, creo que efectivamente puede influir en el hecho de que nuestra propia naturaleza tenga una mayor tendencia a la hiperactividad y contemos con un carácter más explosivo. Y desde luego, creo  que cuando un planeta con esa vibración una la suya a la nuestra pueda afectar temporalmente a nuestro carácter, del mismo modo que  también una persona con un carácter activo y estresante puede afectar al nivel de estrés de otra solo estando cerca de ella.

domingo, 12 de mayo de 2013

¿Se puede crear consciencia de forma artificial?


            En esta ocasión hago una reflexión sobre dilemas planteados por defensores y detractores de la Inteligencia artificial. Para ello incluyo varios párrafos del libro “La mente nueva del emperador” de Roger Penrose, que entiendo de interés a fin de comprender la posterior reflexión.

            Estos párrafos los encontraréis entrecomillados y en negrita para distinguirlos de mis propias reflexiones y argumentos.

            Como son párrafos fracmentarios dentro de un libro, su comienzo  puede resultar equívoco. Aclararé que cuando comienza el párrafo diciendo ...Una idea frecuentemente discutida en este tipo de contexto...., se está refiriendo a la discusión sobre la posibilidad de crear inteligencia artificial indistinguible de la humana, con sentimientos y consciencia.

            Para entender otro concepto que puede resultar difícil dentro de estos párrafos (el test de Turing), incluyo al final un pequeño vídeo didáctico y fácil de entender que aclarará en que consiste dicho test.

 

“La mente nueva del emperador” de Roger Penrose.

            ---“Una idea frecuentemente discutida en este tipo de contexto es la máquina de teleportación de la ciencia ficción. Se propone como un medio de "transporte" de, pongamos por caso, un planeta a otro, pero el objeto de la discusión es si realmente existirá tal máquina. En lugar de ser transportado físicamente por una nave espacial en la forma "normal", el hipotético viajero es explorado de arriba a abajo, registrando con todo detalle la localización exacta y la especificación completa de cada átomo y cada electrón de su cuerpo. Toda esta información es entonces emitida (a la velocidad de la luz), mediante una señal electromagnética, al lejano planeta de destino previsto. Allí, la información es recogida o utilizada como instrucciones para ensamblar un duplicado exacto del viajero junto con sus recuerdos, sus intenciones, sus esperanzas y sus  sentimientos mas profundos. Al menos eso es lo que se espera, pues cada detalle del estado de su cerebro ha sido fielmente registrado, transmitido y reconstruido

Suponiendo que el mecanismo ha funcionado, la copia original del viajero puede ser destruida "sin peligro".

            Por supuesto, la pregunta es- ¿Es éste realmente un método de viajar de un lugar a otro o es simplemente la construcción de un duplicado y el asesinato del original? ¿Estaría usted dispuesto a utilizar este método de "viaje", suponiendo que el método se ha mostrado completamente fiable, dentro de sus límites previstos? Si la teleportación no es viajar, entonces ¿cuál es la diferencia de principio entre esto y caminar simplemente de una habitación a otra?.

            En este último caso ¿no están los átomos de uno en un momento dado proporcionando simplemente la información para las localizaciones de los átomos en el instante siguiente?. Después de todo, hemos visto que no hay significado en preservar la identidad de cualquier átomo particular. Ni siquiera tiene significado la cuestión de la identidad de cualquier átomo particular. ¿No constituye cualquier estructura de átomos en movimiento simplemente un tipo de onda de información que se propaga de un lugar a otro? ¿Dónde está la diferencia esencial entre la propagación de la onda que describe a nuestro viajero caminando normalmente de una habitación a otra y la que tiene lugar en el dispositivo teleportador?

            Supongamos que es cierto que la teleportación "funciona" realmente, en el sentido de que la propia "conciencia" del viajero es reanimada en la copia de sí mismo en el planeta lejano (suponiendo que esta cuestión tenga un verdadero significado), ¿qué sucedería si la copia original del viajero no fuera destruida, como requieren las reglas del juego? ¿Estaría su "conciencia" en dos lugares a la vez?....

----ooo----

 

            En el primer fragmento, el físico inglés plantea la paradoja que supone la teleportación. Este procedimiento que se investiga como posibilidad para recorrer grandes distancias de forma instantánea, implica el viaje de la información sobre la distribución atómica de un cuerpo. Esto plantea el dilema de que pasaría con la copia origen del flujo de información.

            El físico se plantea algunas preguntas fundamentales en  este punto, que si recordamos son:

            ¿No constituye cualquier estructura de átomos en movimiento, simplemente un tipo de onda de información que se propaga de un lugar a otro?

            ¿Es éste realmente un método de viajar de un lugar a otro o es simplemente la construcción de un duplicado y el asesinato del original?.

            Si no destruyéramos la copia original, una vez trasladada la información, ¿Estaría su "conciencia" en dos lugares a la vez?.

            ¿Cuál es la diferencia de principio entre esto y caminar simplemente de una habitación a otra?

            Quiero repetir aquí estas interrogantes a fin de plantear otras que a mi entender resultan fundamentales.

            Si tenemos en cuenta la ley de la relatividad de Einstein y el estudio de sus consecuencias, ¿acaso la naturaleza no hace eso constantemente?, quiero decir, que si las consecuencias de la ley de la relatividad  derivan en una  posibilidad de visitar nuestro pasado y saludar a una copia nuestra más joven, ¿no quiere decir esto, que el flujo del tiempo consiste exactamente en copiar nuestra información de un instante a otro, dejando la copia anterior como ciudadano de ese instante de nuestra vida?.

            ¿No tendríamos entonces que plantearnos la penúltima pregunta (Estaría su "conciencia" en dos lugares a la vez?.), no solo en caso de teleportación, sino en cualquier caso, en nuestra vida ordinaria?.

 

----ooo----

 

            ......“Veamos ahora qué relación guarda el punto de vista de la IA fuerte con la cuestión de la teleportación. Supongamos que en algún lugar entre los dos planetas hay una estación repetidora en la que se almacena temporalmente la información antes de ser retransmitida a su destino final.

            Por conveniencia, esta información no es almacenada en forma humana sino en algún dispositivo magnético o electrónico. ¿Estaría presente la "conciencia" del viajero en este dispositivo? Los defensores de la IA fuerte tenderán que hacernos creer que así debe ser. Después de todo, dicen ellos, cualquier pregunta que decidiésemos plantear al viajero podría ser respondida en principio por el dispositivo, estableciendo "simplemente" una simulación apropiada de la actividad de su cerebro. El dispositivo contendría toda la información necesaria; el resto sería sólo un asunto de computación. Puesto que el dispositivo respondería a todas las preguntas exactamente como si fuera el viajero, entonces (por la prueba de Turing) sería el viajero.”...

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            En este párrafo del mismo libro, Penrose plantea una reflexión en relación a la defensa, por parte de los partidarios de la Inteligencia Artificial, de la viabilidad de conseguir una máquina con consciencia.

            Para ello se plantea el supuesto de que la información de un sujeto determinado, objeto de teleportación, por razones logísticas haya de ser almacenada de forma temporal en una estación intermedia, dentro de una máquina.

            Penrose plantea que si le hiciéramos preguntas  del test de Turing a  esta máquina, lo superaría, sin que el interlocutor pudiese distinguir sus respuestas de las de un ser humano.

*          (Hay que aclarar que el mencionado test de Turing es un cuestionario que habría de pasar una máquina para convencer a su interloculor de que sus respuestas no difieren de las que daría cualquier ser humano, de tal modo que si el interlocutor no  puede ver  al sujeto que responde las preguntas, no podría distinguir una máquina de una persona. Incluyo un video ilustrativo sobre dicho test).

            En esta reflexión, Penrose defenderá más adelante la inviabilidad de este supuesto.

            Sin embargo yo quiero plantear una cuestión muy distinta:

            A saber: Si la situación que se plantea resultase factible y de hecho llegase a producirse en un futuro más o menos lejano: ¿habría demostrado la inteligencia artificial la posibilidad de crear consciencia de forma artificial?, o más bien ¿había demostrado que la consciencia es una información independiente de cualquier máquina, ya sea mecánica o biológica?.

            Yo entiendo que si esa máquina lograra almacenar la información relativa a la consciencia de la persona que está teleportando, no estaría creando consciencia artificial, solo estaría usando una información ya existente, y demostrando de esta forma que el cuerpo que la contiene no deja de ser una máquina biológica más  o menos perfecta con respecto al soporte mecánico.

            Estaría demostrando que los circuitos eléctricos mecánicos o biológicos, pueden realizar funciones mecánicas, cálculos y operaciones, pero  no pueden fabricar consciencia ni son los responsables de ella.

            Estarían demostrando que la consciencia es independiente del soporte que la contenga.

            ¿Estarían demostrando la existencia del alma?.

Hace tiempo leí un interesante e inquietante libro que trata de la defensa de la IA llevada a sus últimas consecuencia y el experimento con el ánima de un niño en coma.
Es una novela de  John Darnton que se llama ÁNIMA.
Para los amantes de estos temas, me parece una sugerencia muy interesante.

 

 

lunes, 6 de mayo de 2013

¿Somos células de Dios? ¿somos el dios de nuestras células?


Una célula es un ser en potencia.

La entrada en este mundo restringe su totalidad.

La encima conocida en genética como la mano del ángel le oculta toda la información que no pertenezca al órgano al que va a pertenecer y en el que va a ejercer su función. (1)

Esta medida seguramente resulte imprescindible para que cumpla la función para la que ha sido creada.

Probablemente si esa información no fuese restringida resultaría inviable un organismo sano, porque cada cédula experimentaría un tal alubión de información, que sería incapaz de vivir la experiencia de estar restringida y delimitada a las funciones de un solo órgano.

De esta forma, existirían millones de células con toda la información que, sin embargo, no serían capaces de dar vida a un cuerpo.

El óvulo es una sola célula, al crecer se divide y se autorestringe para facilitar que la multiplicidad celular en la que se está convirtiendo funcione y se convierta a su vez en una unidad mayor, para ello, cada cédula tiene una función, un cometido y un lugar, y debe olvidar el resto de lo que es en esencia.

Sin embargo, el mal funcionamiento de una sola célula, puede afectar al cuerpo entero como conjunto celular.

La conciencia es el todo y por tanto, creo que todo lo que existe participa de ella.

Dice el Kybalion (2) “como es arriba es abajo” “el macrocosmos como el microcosmo”, esta es una de las siete leyes fundamentales.

¿Y si tiramos de esa idea y la llevamos a nuestro mundo?, ¿que descubriríamos?.

¿Son las partículas subatómicas individuos conscientes en el universo infinito de una célula?

¿Son las células individuos conscientes en el universo infinito de un ser humano?.

¿Somos células conscientes en el universo infinito de Dios?

O ¿somos partículas subatómicas en el universo infinito de una de sus células?.

Decía William Shakespeare “podría vivir en una cáscara de nuez y sentirme dueño de un espacio infinito”. Y si esto es así....

Entonces somos todo en nuestros inicios.

Ese todo se divide y se restringe a si mismo para que una nueva unidad compuesta de todas las divisiones sea posible.

¿Y si cuando esa unidad mayor llega a buen término, las células pasan a experimentar como propia la consciencia de esa unidad mayor?

Sin embargo el todo es superior a la suma de las partes.

Como también el hombre es superior a la suma de sus células.

¿Es así como crece la consciencia universal?.

¿Es así como crece Dios?

Porque si Dios no pudiera crecer estaría limitado y no sería onmipotente, así que por principio, no existirían límites.

Y si no existen límites para Dios y somos partes de él ¿dónde empiezan y en que consisten nuestros límites? ¿existen?.

Lo que parece claro es que existe un universo de posibilidades  tan inmenso, que necesitaremos una eternidad para poder conocerlo.

Entretanto, el camino puede resultar interesante.
 
 
(1)  Sacado del libro "Tiempo, amor y memoria" : en busca de los orígenes del comportamiento. Jonathan Weiner, Galaxia Gutemberg, 2005.

 

 


(2) El Kybalión es un documento del siglo XIX que resume las enseñanzas de la filosofía hermética, también conocidos como los siete principios del hermetismo. Su autoría se atribuye a un grupo anónimo de personas autodenominados Los Tres Iniciados, aunque las bases del hermetismo se atribuyen a un alquimistamístico y deidad de algunas logias ocultistas llamado Hermes Trismegisto, cuya existencia se estima en Egipto antes de la época de los faraones, y según la leyenda fue guía de Abraham.