Las tendencias
en la investigación en el campo de la física cuántica, parece que últimamente
van dirigidas a indagar si el hecho de que todo el universo que conocemos
comenzara en una partícula subatómica, es motivo suficiente para que haya
conservado las propiedades y características inherentes a ésta.
Talvez eso resuelva las incompatibilidades entre
la ley de la relatividad y la física cuántica, que traen de cabeza a los
investigadores de este campo desde hace décadas. Hay que tener en cuenta que,
en la práctica, ambas teorías han demostrado funcionar y sin embargo
teóricamente son incompatibles.
Como la
respuesta más simple suele ser la más correcta, en la mayoría de los casos, y
como además creo que no puede existir incompatibilidad entre leyes que describan
el comportamiento de la realidad, yo opto por creer que es bastante más
probable que desconozcamos o hayamos confundido los datos, y que existe una vía
que une ambas realidades.
Además, me
surge la duda de en que momento del big bang, esa partícula que comienza a
expandirse, a colapsar y a crear materia, pierde unas propiedades y toma otras
con características tan dispares. Me refiero a perder las características de la
física cuántica, con su principio de indeterminismo para abrazar la física mecánica,
mucho más cómoda para nuestro intelecto.
Así que hoy me
hago una pregunta partiendo de la premisa de que estas investigaciones, que
intentan unir ambas realidades en una teoría unificada y que conceden al
macrocosmos las mismas propiedades que el microcosmos, den resultados
positivos.
Hace tiempo que
un debate irreconciliable divide a científicos y místicos, básicamente
consiste en una pregunta:
¿Reside nuestra
consciencia (el observador) en un ente energético independiente del cuerpo, o
es fruto de una serie de reaccionesquímicas y eléctricas del órgano que rige las funciones corporales, a
través de su red de conexiones neuronales, y que llamamos cerebro?.
A mi entender
las investigaciones que se están llevando a cabo en el campo de la posible teoría
unificada, influye directamente en este dilema, pues si las leyes válidas en la
física de partículas rigen también el macrocosmos, toda materia, incluida la
red neuronal que compone nuestro cerebro, dependería directamente de la
observación y por tanto la consciencia que observa ha de ser irremediablemente
independiente y anterior a toda definición de la materia.
Esta posibilidad trae a mi mente varias preguntas:
¿Y si realmente no estamos observando la
realidad?, ¿y si alguien nos convenció de lo que podíamos o no podíamos
observar?.
Siempre he pensado
que los milagros consisten en convencer a alguien de que algo es posible, tal vez sólo se trate de desandar el camino que nos condujo a pensar que algo no era posible.
Creo que,
cuando alguien ha hecho que relojes parados funcionen a distancia o cucharillas
lleguen a doblarse a través del televisor, lo que esa persona ha hecho es
convencer a la persona al otro lado del televisor de que eso es posible. A
partir de ahí, esa persona comenzará a observar lo que crea que puede observar.
Cuando rezamos
a una imagen y ésta obra un milagro, lo que ocurre realmente es que hemos
puesto en marcha una contraprogramación a través del rezo o la meditación, y
ese proceso de reprogramación convence a nuestra mente de que podemos observar
aquello que deseamos observar, y la creencia o la fe obra el milagro.
¿Qué es lo que
hacía Jesús?:
Le dice a la samaritana, que le pide por la salud de su hija "Tu fe te ha salvado”.
Cuando el
leproso le dice “Señor si quieres puedes”, él contesta “Quiero”.
Cuando Pedro lo
ve andar sobre las aguas y le dice “si eres tú mándame que vaya hasta ti”; él
le contesta “ven”. Entonces Pedro comienza a andar sobre las aguas, pero luego
se asusta empieza a hundirse. Entonces Jesús le dice “¿por qué dudaste?”.
A los
discípulos les dice: “Si realmente creyeseis y no albergarais dudas en vuestro
corazón todo os sería posible”. O “Si tuvieseis fe como una semilla de mostaza,
diríais a esta montaña, muévete de aquí y échate al mar y lo haría”. También
les dice “Yo os digo que cosas mayores que estas haréis vosotros”.
Si nos fijamos
bien, él no usa elemento alguno, ni imágenes, ni ritos, sólo intenta
convencernos de que somos hijos del padre.
Todo hijo
hereda las características de sus padres, es parte de él.
El Padre es la
consciencia primigenia, creadora y definidora de toda materia.
Nosotros somos
partes de esa misma consciencia, ramales del fractal que se reproduce a si
mismo.
¿Y si Jesús vino a
decirnos que no somos lo que creemos ser, ni tenemos las limitaciones que
creemos tener, y los llamados milagros no eran otra cosa que formas de
demostrarlo?. ¿No estamos nosotros limitándolo y quitando valor a su mensaje reduciendo
su figura a la de un milagrero?.
¿Y si alguien
nos convenció de que había cosas imposibles?.
¿Y si luego
nosotros hemos transmitido esa creencia a nuestro hijos?.
¿Y si volver a
ser niños consiste en retrotraernos al momento en el que aún no habíamos
asumido esa imposibilidad?.
¿Que ocurriría
si cogiésemos a un niño pequeño y no lo dejásemos levantarse?, ¿si lo
convenciéramos de que no puede andar, que es algo absolutamente imposiblepara él?. Lo más probable es que ese niño
desarrollase una absoluta incapacidad para caminar a pesar de no padecer
ninguna limitación que lo justificase.
¿Y si no
observamos una realidad mucho más rica y amplia, sin las limitaciones que
presuponemos que tiene, sólo porque creemos que no podemos hacerlo?.
La Ley de correspondencia dice: Que “la parte del todo refleja el todo”.
Estamos formados por un 25% de materia y un 75% de
agua y vivimos en un planeta formado por un 25% de materia y un 75% de agua,
porque “la parte del todo refleja el
todo”.
El átomo es como un sistema solar en miniatura y este
reproduce el universo que lo contiene, porque “la parte del todo refleja el todo”.
Según el principio de correspondencia lo que hagas a
una parte del todo se reflejará en el todo, por tanto“cámbiate
a ti mismo y cambiarás el mundo”.
Los fractales demuestran que “la parte del todo refleja el todo”.
La geometría fractal se inventó para dar explicación
a lo que ocurría con la energía y la materia (que no deja de ser un estado de
la energía) en el cosmos. Ya que la geometría Euclidiana no conseguía dar una
respuesta aceptable y el azar tampoco era una respuesta válida. Pues cuando la
energía fluye el caos tiende a un orden donde cada parte se configura en el
mismo orden que la parte mayor a la que pertenece y así sucesivamente,
creándose de esta forma un sistema de autosemejanza.
¿Como
puede el comportamiento fractal del universo ayudarnos a entender la
meditación?
Somos energía y nuestra conciencia y actos así como
nuestro cuerpo son distintos estados de esta misma energía, que es la misma
energía que constituye el resto del universo. Somos literalmente una parte del
todo que refleja el todo.
La
Meditación son
dos cosas fundamentalmente:
Estar presente y fluir.
Ambas cosas en realidad están contenidas en una sola
pues no se puede fluir si tu mente interfiere con suposiciones del futuro o
recuerdos del pasado. Para fluir hay que no interferir mentalmente, así que
meditar es fluir.
En una anterior entrega hice referencia a un
experimento con pintura y agua. Pero las manchas blancas y negras solo eran una
parte del experimento. Concluida esta parte, seguimos experimentando con
distintos colores para comprobar el comportamiento de los distintos tipos de
densidades de la energía en el universo.
Con este experimentohemos podido comprobar varias cosas.
Cuando alguien interfiere mucho manipulando y
moviendo los colores para obtener el resultado concreto, los colores
respondende forma inesperada, se
mezclan, ensucian y pierden su naturaleza y belleza individual.
Cuando la manipulación es nula o escasa el resultado
es más bello, se mezclará de forma armónica sin perder las características de
cada color.
Del mismo modo, en el camino de la vida los problemas
se enquistan cuando intentamos forzar sus direcciones y desenlaces. Pero si, al
igual que sucede con la pintura, observamos los acontecimientos como elementos
de aprendizaje y nos limitamos a fluir, los acontecimientos empiezan a danzar
de forma armónica y cada conflicto lleva aparejado en si mismo su propia
solución, porque simplemente esto es así en todo el universoy nosotros somos parte del mismo y nos
armoniza las mismas fuerzas “somos polvo de estrellas”.
En el universo y en la naturaleza siempre hay un
elemento que balancea a otro. Porque la danza del universo debe seguir y por
tanto no hay materia sin antimateria luz sin oscuridad como no hay conflicto
sin solución, porque simplemente la vida y el universo es un juego de
equilibrios. Esto es lo que representa la imagen por todos conocida del
Yin-Yang donde la mitad blanca contiene la semilla del negro en su interior y
la mitad negra contiene el germen del blanco.
Sin embargo hemos comprobado que el yin y el yang no
son exactamente como se representa, pues en el juego real de luz oscuridad el
blanco irá restando terreno al negro, y por tanto esa misma danza por si sola
te llevará a la meta.
En muchas ocasiones cuesta hacer entender la
meditación pues cuando intentas explicar que lo que hay que hacer es nada, solo
estar y no pensar, la mente empieza a hacer preguntas. ¿Pero que tengo que
hacer?, ¿para cambiar mi mente, alguna actuación tendré que llevar a cabo?, “Si
no hago nada, ¿cómo voy a conseguir ningún resultado?.
No entendemos en concepto nada. Creemos que sin
nuestro pensamiento, desaparecemos. Pero la nada es la esencia del todo.
Es como cuando llevamos bolsos, cadenas, tacones,
abalorios y pensamos que sin esas cosas no somos. Pero si las abandonamos
entendemos que esas cosas dificultaban nuestro paso y nuestra libertad. Si
observamos esto en la naturaleza y la imitamos confiando en que formamos parte
de esa armonía, la vida se vuelve fácil.
De lo que debemos librarnos es del peso adicional que
no deja desarrollarse al todo.
La mente es materia, es el resultado de procesos
eléctricos y químicos de un órgano material llamado cerebro. La consciencia no
lo es. La consciencia es anterior a toda materia y pensamiento pues la
consciencia es el observador que determina la forma de la energía colapsando su
función de onda.
Así que podríamos decir que la consciencia es el
origen y el pensamiento la consecuencia.
Me llamó mucho la atención comprender el concepto del
Boson de Higgs (el responsable de la creación de la materia).
Lo que hace básicamente, (simplificando muchísimo),
es ocupar el espacio formando un campo “campo de Higgs” y dificultar el
movimiento de las partículas con masa que interactúan con dicho campo en
relación directa con la cantidad de masa que posean. De este modo el fotón ni
se entera de que existe, pues no interactúa con él, pero el quark interactúa
tanto que crea materia.
Aquí se hace necesaria la aclaración de que este vídeo, que no es mío, lo he rescatado de You tube, se llama Boson de Higgs para tontos, porque es este tipo de explicaciónlaque yo necesito para enterarme de estas cosas.
Así que si observamos el comportamiento de la
energía, tenemos los tres grandes principios de toda escuela espiritual
Tenemos la dualidad: Toda partícula cargada y con
masa va unida a una partícula con igual masa y carga opuesta.
Tenemos la transformación: Pues solo existe un tipo
de energía que modifica sus características dependiendo de su vibración y se
transforma en los distintos tipos de energía dependiendo de sus
características.
Y tenemos la liberación: Pues las partículas que
logren transformarse en tipo de energía sin masa como el fotón, no será
obstaculizada y sin embargo cuanta más masa tiene una partícula, más obstáculos
encuentra. Hasta convertirse en materia.
Me pregunto si todos los conceptos actuales sobre
espiritualidad y ciencia no cambiarían si nos hiciéramos una simple
pregunta.¿Tienen conciencia las
partículas subatómicas?. O tal vez diciéndolo de otra forma ¿podemos afirmar
que las partículas subatómicas no tienen conciencia de si mismas?
Mas allá de toda materia ¿somos realmente energía con
conciencia?
Se que para quienes se enfrentan a diario a problemas
importantes, resulta muy difícil relativizarlos. Pero imaginaos por un momento
que somos una partícula subatómica con conciencia que se incorpora a un cuerpo
durante un tiempo, para vivir determinada experiencia y lo abandona una vez
concluida.
O a lo mejor, resulta más visual el ejemplo de la
película Avatar. Si pudiésemos manejar durante un tiempo un avatar con un
mecanismo de realidad virtual, durante la experiencia nos creeríamos el propio
avatar, pero luego volveríamos a nuestra realidad de conciencia que maneja el
Avatar como algo distinto y separado.
Y si pudiésemos estar seguros de que esto es
realmente así, ¿veríamos los problemas y vicisitudes de la vida de la misma
forma?
“Tomás logión 27: Si no ayunáis del mundo (toda
materia), no hallaréis el reino.”
Decía Albert Einstein
que Dios no jugaba a los dados. La física cuántica, con su principio de
indeterminismo, sin embargo parece confirmar lo contrario.
El caso es que tanto la ley
de la relatividad como el principio de indeterminismo de lafísica cuántica han demostrado funcionar en
la realidad.
Hoy me gustaría hacer
una reflexión sobre el número aureo, la sucesión de Fibonacci y y el color en
la estructura de la naturaleza.
Intentaré para ello
adentrarme en el tema de la forma más clara posible.
La sucesión de
fibonacci, consiste en una sucesión numérica que se construye a base de sumar
los dos números inmediatamente anteriores al que deseamos averiguar, así
empezamos por el 1 el siguiente sería de nuevo el 1, el inmediatamente
posterior sería 2, como suma de los dos 1 anteriores, el siguiente 3 que es la
suma de 1 y 2, el siguiente 5 y así sucesivamente:
1-1-2-3-5-8-13-21-34-55
etc.
Esta sucesión numérica
posee características muy interesantes.
En primer lugar, está
presente en innumerables elementos de la naturaleza: las
ramificaciones de algunas especies de hierba, flores, arbustos o árboles, así
como la disposición de los piñones en la piña, o de las florecillas que forman
las flores compuestas como las margaritas. Y en el cuerpo humano, los huesos
que forman el dedo índice de la mano están en la misma proporción que los
números 2, 3, 5 y 8.
La proporción que existe entre ellos, es el conocido
como número Fi, que es un número irracionalrepresentado
por la letra griega Φen honor al escultor griego Fidias:
El número áureo surge de
la división en dos de un segmento, guardando las siguientes proporciones: La
longitud total a+b guarda una proporción con el segmento más lago a, que es igual a la proporción que guarda el segmento más largo
a es al segmento más corto b. Esta proporción se consigue dividiendo a+b entre el número Φ. Tendríamos así que si el segmento a+b mide 13 lo dividiríamos entre 1,618, y de esta forma a mediría 8,04 y b 4,96.
Podemos
encontrar la divina proporción en la naturaleza, en la relación entre la altura
de una persona y la altura de su ombligo, o en las proporciones del cuerpo de
muchos animales.
Esta
proporción está representada en el hombre del vitruvio, en las grandes obras
tanto pictóricas como arquitectónicas de los grandes maestros, que de esta
forma quisieron emular la perfección presente en la naturaleza.
Otra
característica que podemos encontrar en este número irracional, es que si usamos
el número de oro para dividir un rectángulo que ya posea estas
proporciones,obtendremos un cuadrado y
un rectángulo que tendrá las mismas proporciones y así podemos ir dividiendo
sucesivamente el rectángulo resultante obteniendo cada vez un cuadrado y un
rectángulo con dichas proporciones.
Hecho
esto, si unimos las intersecciones de los distintos rectángulos obtendremos una
espiral.
Esta no es una espiral
cualquiera, es la espiral presente en la distribución de las pipas en una flor
de girasol, es la espiral de las caracolas, la espiral que dibuja el agua al
irse por un sumidero o en la distribución de estrellas en la formación de las
galaxias.
Y porqué estoy
explicando todo esto. Pues veréis, porque la sucesión de Fibonacci posee
también propiedades matemáticas interesantes. Una de ellas, apuntada por el
astrónomo Johannes Kepler es la siguiente: si vamos dividiendo entre ellos
números de Fibonacci consecutivos cada vez mayores, su cociente se acerca al
valor 1.618033...
De
esta forma tenemos que:
Y esto enlaza de algún modo con otra experiencia en cuanto al funcionamiento de
la naturaleza, que a mi personalmente me parece que escenifica la perfección natural
del universo que habitamos. Tan complejo y bellamente simple al mismo tiempo.
Porque
digo que complejo y simple al mismo tiempo, pues porque es indudable que la
perfección y complejidad del universo es difícilmente imitable, y sin embargo
sus fundamentos parten de las realidades más simples.
¿Que
es el universo sino energía electromagnética?.
Según
Maxwel, la propia luz no es otra cosa que una perturbación electromagnética.
¿Y
que es el color?. Realmente el color no existe, o dicho de otra forma, no es más que una
percepción visual que se genera en el cerebro, al interpretar las señales nerviosas
que le envían los fotorreceptores de la retina del ojo, y que a su vez
interpretan y distinguen las distintas longitudes de onda que captan de la
parte visible del espectro electromagnético.
Así
los cuerpos iluminados absorben parte de las ondas electromagnéticas y reflejan
otras, de acuerdo con la longitud de onda que tenga la luz que le llegue.
Esta
capacidad de absorber y reflejar la luz, está relacionada directamente con la
densidad del material que reflecte.
Así
sucederá que si en una sustancia, material o tejido, los átomos que la componen
tiene una vibraciónmuy rápida,
ejercerán un efecto tipo espejo y reflejará toda la luz, y observaremos el
color blanco.
Sipor el contrario la vibración de los átomos
que componen el material es muy baja, quedarán muchos huecos por donde el
tejido o el material absorberá toda la luz, y observaremos el negro.
Cada
vibración creará una densidad determinada que absorberá una longitud de ondas y
reflejará otras. De esta forma podremos observar todos los colores del espectro
visible.
La pintura es una
sustancia con una densidad determinada para absorber y reflejar determinada
longitud de onda de la luz.
¿Podemos pues comprobar
con el comportamiento de los colores, las características de las diferencias de
vibración de la energía?.
A continuación voy a
describir una experiencia realizada por mi misma.
Experiencia de óleo sobre agua
Os invito ha probar. Es
realmente didáctico. Es una forma muy visual de ver como funciona el universo,
como funcionan nuestros pensamientos y como interrelacionan entre si.
“Coged un barreño de
agua con un poco de gelatina neutra (en proporción de dos láminas por cada litro de agua), luego diluir un poco de óleo negro en un bote
con tres partes de aguarrás puro por una de aceite de linaza hasta formar un liquido
un poco consistente. En otro bote haced lo mismo con pintura al óleo blanca,
luego podéis jugar echando gotas de estas soluciones sobre el agua con gelatina
y veréis lo que pasa:
Por ejemplo
veréis que si echáis una gota de blanco en primer lugar se expandirá por todo
el barreño, pero lo mismo ocurrirá si echáis una gota de negro en primer lugar,
sin embargo. Si echáis una gota de negro dentro de la mancha blanca, esta no
dejará expandirse al negro. En cambio, si lo que echáis es una gota blanca dentro
de la mancha negra veréis como poco a poco el blanco se va expandiendo hasta
arrinconar por completo al negro y convertirlo en meras tirillas que rodean al
blanco.
Se pueden hacer
muchas pruebas de este tipo, de hecho podéis ir poniendo una gota de negro
sobre blancoy luego una gota dentro de
la gota negra, intercalando ambos colores uno dentro de otro.
La primera imagen muestra el resultado de la primera mancha blanca y la primera mancha negra sobre el agua, en ella se puede observar como la mancha blanca comienza a cogerle terreno a la negra. La segunda imagen muestra el resultado de poner el blanco sobre el negro y el negro sobre el blanco,, en ella podemos observar la diferencia de comportamiento entre el blanco y el negro. La tercera imagen es la misma que la segunda un minuto más tarde, en ella podemos ver como el blanco sigue expandiéndose mientras el negro no se ha movido.
Quizás sigáis
preguntándoos que relación existe entre la sucesión de Fibonacci y el
comportamiento de la luz y su relación con el color.
Pues si lo
pensáis es realmente muy simple. Tanto uno como otro nos están hablando del
orden subyacente en la naturaleza.
Y en ambos casos
podemos comprobar algo muy curioso. En el caso de la sucesión de Fibonacci,
cuanto más ascendemos en la numeración a la hora de dividir un número entre su
inmediato anterior, el resultado será más perfecto y se acercará más al número
aureo, a la proporción divina.
En el color,
vemos que el blanco y el negro no están exactamente en igualdad de condiciones,
de hecho, cuanto más experimentemos y más porciones de negro y de blanco
pongamos en el barreño, más terreno terminará cogiendo el blanco y más
arrinconado terminará el negro.
Si pensamos que
el blanco es el producto de la reflexión de la luz en un material cuyos átomos
tienen una vibración más alta y atendemos a las distintas sabidurías que nos
cuentan que son los sentimientos más nobles (amor, compasión, generosidad,
alegría) los que hacen vibrar la energía que forma nuestra conciencia a más
altas frecuencias.
Entonces podemos
concluir que igual que el blanco tiene mayor poder que el negro y la luz que la
oscuridad, tiene mayor poder la energía de más alta vibración. ¿Podemos
entonces concluir que una buena intención tiene más poder que una intención de
una vibración más baja y densa?.
Una masa crítica
suficiente, que crean de verdad que pueden cambiar la realidad, ¿pueden
eclipsar a una mayoría pesimista e incluso a una masa crítica corrupta?.
Por mi parte,
permitidme llegar a una conclusión simple y esperanzadora. Creo que estamos
condenados a vencer y no puede ser de otra forma.
Si nuestra
conciencia puede modificar la vibración de nuestra energía, es nuestra
conciencia la que decide que tipo de energía somos y cuanta luz hay en nosotros.
Sin embargo, y aquí entran los ejemplos anteriores tanto de la sucesión de
Fibonacci como del comportamiento del color, en cada salto, habrá un poco más de luz en la
mezcla, que nos ayudará a incrementarla en la siguiente vuelta.
Así que Dios si
juega a los dados, pero con dados trucados.
Y la conclusión
evidente es que si nuestro destino en este universo es encontrar la luz, estamos
irrevocablemente destinados a llegar a la meta.
Si en algún
momento pareciera que esto no es así, no importa, solo hay que darle tiempo.
Mateo 6,
22-23.—Lalámparadel cuerpo es tu ojo, así que si tu ojo está
sano, todo tu cuerpo estará luminoso. Pero si tu ojo estuviese enfermo, todo tu
cuerpo será tenebroso, pues si la luz que hay en ti son tinieblas ¿que tales
serán las tinieblas?.
Comenzaré diciendo que bajo mi punto
de vista nuestra visión de la realidad está condicionada por dos grandes
influencias.
Nuestra
interpretación sobre las realidades visibles e invisibles.
¿Cual es nuestra realidad visible?
Tendremos que
partir de la base de que somos los protagonistas de nuestra propia realidad.
Por tanto tendemos a dar mayor importancia y veracidad a aquello que hayamos
visto nosotros mismos, aunque hayamos tenido una visión incompleta o sesgada del hecho, que a
aquello que otros nos cuenten que han visto.
Sin embargo, para
diseñar esa realidad visible, disponemos de un cerebro que da prioridad a lo
útil sobre lo objetivo.
Además la realidad visible nos
engaña continuamente, pues si nos guiamos por la mera observación visual, el
sol gira alrededor de la tierra. Un lápiz se dobla al entrar en un
vaso de agua y se vuelve a arreglar mágicamenteal salir.
Un ejemplo no menos apasionante, lo protagoniza el cielo que podemos observar cada noche. Un cielo
que probablemente nunca fue comolo
vemos, y por supuesto no lo es ahora ni lo será nunca. Es fácil llegar a esta
conclusión si nos paramos a pensar en las distancias siderales. Pues si una estrella que
está a 100.000 años luz se ha apagado, nosotros no lo notaremos en los próximos
100.000 años, y si otra ha nacido a 20.000 años luz, tardaremos ese tiempo en
poder darle la bienvenida. Así que en el dibujo de nuestro cielo, hay estrellas
que no vemos y vemos estrellas que murieron hace miles de años.
Por otro
lado, aunque nuestro cerebro no pretendiera engañarnos, tampoco dispone de
datos para mostrarnos una realidad muy completa, pues las herramientas de las
que dispone resultan altamente deficientes.
Para poner un
ejemplo que resulte esclarecedor podemos comparar nuestra herramienta (los ojos), con
la de algún otro ser vivo.
El órgano
visual del que nos dotó la naturaleza para poder observar la realidad, se
reduce a dos ojos. Ambos dirigidos a una sola dirección, con posibilidad de
enfocar de una vez sólo a un nivel (cerca, medio o lejos) y con solo 3 tipos de
conos, que nos muestran una variedad cromática descompuesta a partir de tres
colores primarios.
La
compararemos con el órgano visual de un animal como el camarón mantis, que
dispone de dos ojos independientes, situados cada uno sobre una antena
direccionable. Cada ojo además está dividido en tres partes para poder
enfocara tres niveles a la vez (cerca,
media distancia y lejos). Además hay que añadir que sus ojos disponen de 12
tipos de conos para mostrar una amplia variedad cromática, en la que estarían incluidos el infrarojo, el ultravioleta, así como un amplio abanico de matices intermedios, invisible por completo a nuestros ojos.
Podemos
suponer entonces que nuestra realidad indudablemente debe parecerse muy poco a
la suya.
¿Cual de
ellas habríamos de tener por más real?
¿Y la realidad invisible?
Aquí estaríamos refiriéndonos a aquella realidad regida por la Ley de resonancia.
Todo lo que
es, es energía y esta se siente atraída por el mismo tipo de energía o la
energía que vibre en su misma frecuencia.
Para explicar
esto observaremos el comportamiento de la resonancia en los instrumentos
musicales.
Si colocamos en una sala veinte
violines, y afinamos los violines en
distintas frecuencias o notas en grupos de cinco. Cuando luego tomemos un
violín de alguno de los grupos y lo toquemos, los violines pertenecientes al
mismo grupo comenzarán a vibrar, pero no los demás. Así sucederá con cada uno
de los violines, que arrastrará en la vibración a los que resuenen en la misma
nota.
Para finalizar tenemos que pensar que conocer, lo que se
dice conocer, conocemos algo de la realidad de nuestra familia y nuestros
vecinos, e incluso seguramente hasta esta información puede resultar bastante incompleta y sesgada.
No podemos olvidar, que dos personas
que son testigos a la vez del mismo acontecimiento pueden relatarnos historias
muy distintas dependiendo de lo que exista a priori dentro de su mente.
Imaginen por ejemplo un militar jubilado y un hippie relatando un desfile
militar. Seguramente tendríamos la sensación de que han estado en lugares
distintos. Eso se debe a que cada persona construye la realidad que le
rodeaa partir de sus propias creencias,
retendrá cada detalle que confirme su punto de vista y desechará aquello que: o
no entienda o simplemente su cerebro considere inútil o incómodo.
Si a eso añadimos que de lo que
ocurre fuera de nuestro entorno creemos saber algo por lo que nos cuentan
medios de comunicación, sujetos a intereses y que pueden mentirnos, ocultarnos
información o contarnos noticias de forma sesgada. Y que demás nosotros
completaremos dicha información según lo que a nuestro cerebro, diseñado para hacer
justamente eso, le resulte más cómodo, estaremos completando un puzzle de muy
difícil solución.
A estas alturas, y si somos capaces
de objetivizarnuestras opiniones,
supongo que estaremos preguntándonos que es la realidad y si nosotros
somos capaces de comprenderla. Y desde luego muchos de vosotros, al menos
aquellos que podáis sincronizar vuestra realidad con la mía, os estaréis
planteando que es cuestión arriesgada esa de afirmar que se conoce la verdad,
pues pareciera que existen tantas verdades como mentes intentando descifrarla.
A partir de ahora, voy a dar una
vuelta más de tuerca y me voy a meter de cabeza en el terreno de la
elucubración más arriesgada. Consciente, no obstante, de que en este tema,
todo lo es en cierto modo.
Recuerdo un viaje a Egipto, justo en el momentoen el que nos disponíamos a tomar el autobús que nos llevaría hasta el Monasterio
de Santa Catalina, para desde ese punto disponernos a escalar el Sinaí. El Doctor
Jiménez del Oso que nos acompañaba en aquel viaje a Egipto, aquel día
decidió, según sus propias palabras, que tal vez si se reencarnaba en camello se decidiría a subir aquella
montaña, pero que ese día desde luego no lo haría. Medio en broma medio en serio nos comentaba “Cuando subo a sitios así, aparecen luces y artefactos raros”.
Saco a colación esta anécdota para
plantear algo, que me consta que muchos investigadores de las más diversas
teorías, disciplinas o ciencias ya han observado, pero que no se si alguno ha
logrado averiguar el motivo de esta más que curiosa circunstancia.
Entre los investigadores del
misterio y lo heterodoxo es bien conocido el hecho de que en demasiadas
ocasiones, los fenómenos parecen ir unidos a determinados individuos.
Me refiero al hecho de que en
presencia de determinados individuos, se dan fenómenos de tipo paranormal que
parecen no reproducirse cuando este no está. La inclusión de registros de voces
inexplicadas, las llamadas psicofonías, también son fenómenos que parecen darse
con una mucha mayor frecuencia a determinados individuos.
En relación a esto, se ha especulado
mucho con la posibilidad de que la mente del observador, de algún modo, sea la
causante del fenómeno o al menos influya en el mismo.
Asimismo tampoco podemos olvidar que
estos mismos fenómenos suelen ser esquivos a la observación de mentes
escépticas.
Esto se puede despachar rápidamente
con un “el testigo miente o inventa”, pero la gran casuística y el gran número de
personas convencidas de la veracidad del fenómeno, aconsejan un poco de cautela
a la hora de despachar el fenómeno por la vía rápida.
Leíen un estudio sobre el desarrollo de la teoría M, algo que me pareció
muy interesante. Intentaré explicarlo someramente: Venía a decir que el
microscopio de efecto túnel, por el que recibieron el Nóbel de Físicalos científicos Gerd Binning y Heinrich
Rohrer, y gracias al cual se pueden manipular átomos de forma individual, es
posible gracias al principio de incertidumbre. Esto se debe a que el
microscopio en cuestión consiste en una sonda, que a semejanza de una aguja de
fonógrafo que explora un disco, pero con una punta tan aguda que consiste en un
solo átomo, va pasando lentamente sobre el material a analizar. Una pequeña
carga eléctrica se coloca en la sonda y una corriente fluye desde la sonda, a
través del material, hasta la superficie que hay debajo. Cuando la sonda pasa
sobre un átomo individual la cantidad de corriente varía y las variaciones son
registradas. Sin embargo los electrones normalmente no tienen energía
suficiente para pasar de la sonda, a través de la sustancia a la superficie
subyacente; y es aquí donde entra el principio de incertidumbre, pues gracias a
él, parece que hay una pequeña probabilidad de que los electrones en la
corriente tuneleen o penetren en la barrera, incluso si esto está prohibido por
la teoría newtoniana. Así la corriente que fluye a través de la sonda es
sensible a minúsculos efectos cuánticos en el material. (“La física de lo imposible” de Michio Kaku, pags. 45 y 46).
Tal vez la comparación pueda parecer
terriblemente simplista, pero a modo de ejemplo creo que puede servir. A ver, a
mi lo anterior me suena a “el hombre no puede andar sobre el agua, pero debido
a que existe una pequeña probabilidad, a veces puede suceder, incluso si esto
está prohibido por las leyes de la física.
Pero yo me pregunto, ¿si sucede es que es posible? ¿o no es así?.
¿Y si el motivo de que algo no sea
posible es justamente que el observador así lo cree?
¿Y si tuviésemos que buscar la
respuesta a todas estas preguntas de nuevo en la confluencia de la realidad
visible con la invisible, en lugar de en su divergencia?
Somos energía y nuestra mente es
energía, hasta ahí podemos estar de acuerdo.
Pero, ¿quién es el observador?
Pues dado que somos energía y
observamos, ¿podemos influir en la realidad visible del mismo modo que parece
que sucede en la invisible?
¿Dónde está la diferencia entre
ambas realidades?
¿Y si lo que ocurre realmente no es
que la observación colapsa la función de onda y determina la posición?.
¿Y si lo que ocurre es que existen
todas las posibilidades en multitud de universos superpuestos?. Como diversas
hojas de papel cebolla que al mirarlas todas juntas nos mostrase una figura
formada por la totalidad de las opciones.
¿Y si lo que estuviésemos haciendo
al observar es decidirnos por uno de ellos?. Como si cogiéramos una de las
hojas y las separásemos del montón. Ahora nuestra realidad se habría delimitado
a la fracción impresa en esa hoja. El resto existe, pero nuestra consciencia ha
decidido experimentar una y por tanto el resto nos permanece oculto, ya no forma parte de nuestra realidad y no podemos observarlo.
Entonces lo que nosotros creemos
posible o imposible, influiría directamente en la realidad que experimentamos.
Y aunque todas las demás opciones existan en distintos universos, algunas las
podríamos experimentar en posteriores ocasiones. Sin embargo aquellas que no entran
en nuestra concepción de lo posible, simplemente no podríamos medirlas nunca,
pues nuestra conciencia no las escogería jamás.
Todo esto, obviamente entra en el
terreno de la más pura especulación.
Pero ¿sería esto compatible con
todas las circunstancias que se han planteado anteriormente?.
De este modo sería más que posible
la convivencia de realidades tan heterogéneas y encontradas entre si.
Y si damos una vuelta más de tuerca
y pensamos que nuestros sentimientos actúan sobre la vibración de nuestra
energía, convirtiéndonos en una especie de imán. De tal forma que ejerciéramos
una atracción sobre aquellas circunstancias que ocupasen nuestra mente. Como si,
usando el símil anterior, la hoja en la que está dibujada dicha opción, fuese
el polo contrario del imán.
Por eso se ha dicho, de una u otra forma, en multitud de creencias y opciones filosóficas: el universo no comprende la negación, si piensas “no quiero
enfermar”, él traducirá “enfermar”.
Simplemente estaríamos dibujando una imagen mental y esta sería
la de la enfermedad.
-- Decía Teresa de Calcuta “no me
invitéis a una marcha en contra de la guerra, no iré”, “invítenme ustedes a una
marcha por la paz”.
Llegados a este punto, y entendiendo
que no existe una realidad objetiva, sino más bien distintas respuestas a cada
una de nuestras posibles realidades internas.
¿No resultaría mejor opción entonces, creer
una versión optimista de la misma, e ir modelando nuestra realidad en base a
ella, que poner velas al falso Dios de la objetividad, como consuelo para una
realidad cimentada en el fatalismo?
Os animo a publicar vuestros comentarios y opiniones.
Imaginemos un escenario como el
que plantea la película Matrix. Escenario que por otra parte supongo que no
dista mucho de la realidad, en el sentido de que vivimos en una realidad social
creada por unos cuantos para controlar y alimentarse del resto.
Entiendo como libre albedrío la
capacidad de decisión sin mediar control o interferencia alguna.
Bajo esta premisa, las decisiones
de alguien a quien pudiésemos considerar verdaderamente libre no podrían ser
predichas de forma alguna.
Si analizamos el comportamiento
animal descubriremos que no hay libre albedrío en él. Los animales
reaccionarán, siempre, atendiendo a motivaciones de supervivencia y lucha por
el control.
En cuanto al ser humano,
podríamos añadir otras motivaciones de tipo social que tienen que ver con la
vanidad, el deseo de atención o la acumulación de bienes.
Un programa informático podría realizar
un análisis y anticipar las reacciones y decisiones de cada hombre, mujer o
niño de este mundo.
Ya sé que esto aún no es una
realidad objetiva, pues parece que la inteligencia artificial está en pañales,
o tal vez no.
Sin embargo no puedo resistirme a
la tentación de elucubrar, como hiciera Descartes, sobre la posibilidad de la
existencia de un genio malvado o una civilización súper avanzada que engañe nuestros sentidos y que disponga de
tecnología vedada aún al resto de la sociedad.
En cualquier caso, lo cierto es
que la ecuación existe y ya sea con análisis artificial o humano, lo cierto es
que resulta absolutamente factible.
¿Se podrían entonces definir como
libre albedrío las decisiones tomadas bajo estas premisas?
A modo deejemplo:
Ya comentamos que se estaba
planteando en la comunidad científica, que las leyes de la física cuántica podría
regir también el comportamiento del macrocosmos. Lo que equivaldría a la
conocida y milenaria sentencia planteada por muchas corrientes espirituales “Así
como es arriba es abajo” “el macrocosmos como el microcosmos”.
En ese caso, tendríamos una
realidad en la que no interviene el azar. Sería una realidad donde se
contendrían todas las posibilidades, y sería por tanto nuestra observación la
que definiría la opción que vamos a experimentar como parte de nuestra
realidad.
O como plantea la teoría de
universos paralelos, todas las opciones se estarían dando y nosotros solo
estaríamos eligiendo cual experimentar.
De cualquier modo si hay una
realidad a la que nosotros damos forma, obviamente también es una realidad
manipulable. Pues para manipular la realidad solo habría que manipular la mente
de quienes la crean.
Concluiríamos pues, que si es
posible crear una ecuación que sea capaz de medir y prever dichas reacciones, se
podría igualmente crear otra ecuación para controlarlas.
Imaginemosque hacemos un estudio,tipo gran hermano, donde vamos a descubrir
como reaccionan los concursantes ante cada provocación. También vamos a
comprobar como cada uno de los actos que usemos para provocar a los
participantes, van además a definir la opinión de quienes votan desde casa y
deciden quien se queda y quien sale del concurso.
Tendremos una batería de
variantes con la que, si tuviésemos la tecnología necesaria, podríamos diseñar un programa informático de
control de masas.
De este modo, cada vez que deseáramos
una reacción determinada, solo deberíamos usar ese programa para definir las
acciones necesarias y obtendríamos sin duda la “acción-reacción” que buscamos.
Aunque está opción de la
informática no fuese viable en estos momentos, dispondríamos de la más
tradicional opción de estudio de comportamiento y diseño de estrategias a la antigua usanza.
Solo restaría entonces, usar los
medios de difusión de la información, para hacer llegar los datos deseados al
público general.
De esa forma seguiríamos alimentando
el sistema mientras éste nos hace creer que somos libres de hacerlo o no y si
me apuras incluso de indignarnos.
Así que de vuelta a la pregunta
del principio ¿existe el libre albedrío?, a resultas de este análisis habría
que concluir que no.
Sin embargo, cada sistema dispone
de su propia anomalía.
Y ¿donde se encuentra la anomalía
en un sistema de control?
En EL AMOR, y lo pongo así con
mayúsculas porque no me refiero al enamoramiento, ni al cortejo. Me refiero AL
AMOR incondicional a aquel que puede derrumbar cada elemento de la ecuación.
El que desprecia su
supervivencia, valorando una vida ajena por encima de la propia.
Ese tipo de amor es el único que
puede tomar decisiones que no pueden ser previstas, controladas ni dirigidas,
pues no pueden ser comprendidas por ningún programa. Tampoco por quienes
estudiarían las formas de control, pues no se puede comprender lo que ya no
forma parte de ti, y si ese tipo de amor forma parte de tu interior no formarás
parte de ningún diseño de control.
Como el aceite y el agua, son dos
opciones que no pueden mezclarse.
EL AMOR es ilógico, absolutamente
original en sus reacciones y decisiones desafiando toda ley natural.
EL AMOR es la variante que el
programa no puede balancear.
Por eso, en la película Mátrix
Reload, Neo consigue salir del círculode
la ecuación que se balanceaba a si misma. Por eso cuando Neo toma la decisión
menos previsible guiado por EL AMOR, el Arquitecto le dice “El amor y la
esperanza, vuestra mayor fuerza y vuestra mayor debilidad”.
No me resigno aquí a incluir una
nueva variante que en mi opinión aporta un elemento más de interés al tema. En
una entrega anterior, hice asimismo referencia a una nueva noticia científica,
al menos para mí, que me llamó poderosamente la atención.
La noticia en cuestión se refería
a la posibilidad de que los numerosos tipos de partículas de energía no fuesen
tales, sino más bien un solo tipo de partícula que transmutase sus propiedades hasta
definirse con unas características u otras, dependiendo de la frecuencia de
vibración que alcanzase.
¿Acaso todos los que hayáis
frecuentado de algún modo algún tipo de oración o meditación, yoga o trabajo
espiritual, no habéis escuchado que de este modo podéis elevar vuestra
vibración a una frecuencia más alta y transmutar vuestra realidad?. ¿No somos
energía?
Por último, parece que cada
partícula cargada o con masatiene que
ir irremediablemente unida a su antipartícula, así un electrón irá junto a un
protón, pero no así el fotón que no lleva carga ni masa y no tiene contrario.
Cuando el Budismo, el Cristianismo
y otras muchas corrientes espirituales hablan de trascender la dualidad o de
hacer de dos uno, ¿están diciéndonos que provoquemos este tipo de reacción a
través de una alquimia interior?. Alguien que avance en este camino, ¿no
decimos que tiene más luz? y, ¿no son los fotones las partículas que componen
la luz?. Por último, según la Ley
de la relatividad, a la velocidad de la luz no existe el tiempo. ¿Podríamos
decir entonces que la luz está libre del tiempo?
EL AMOR nos eleva a la más alta
vibración interior.
EL AMOR siempre ha sido la
condición para el libre albedrío.
Por eso Jesús decía que los hijos
del reino se conocían porque eran como el viento, puedes oírlo, pero no sabes
de donde viene ni hacia donde va.
La Cabalá dice que hay 125
escalones para llegar al creador, que es lo mismo queser libre de la realidad ilusoria. Yo creo
que esos 125 escalones pueden ser reemplazados por uno, pero este escalón solo
es posible subirlo volando y para ello no se pueden llevar piedras en los
bolsillos.
“El AMOR es la piedra que los
constructores desecharon y que vino a ser piedra angular”.