El filósofo francés
Renne Descartes acuñó el término de duda cartesiana.
Básicamente consistía en un método
matemático, con el que ponía absolutamente todo en duda, para luego ir
revelando la realidad a partir de ir recabando certezas.
El filósofo francés consideraba
certeza aquello de lo que no era posible dudar.
Y establecía 3 niveles de duda.
1.º No se podía fiar de sus sentidos,
pues en muchas ocasiones estaba demostrado que estos resultaban engañosos.
2.º No había forma de establecer con certeza
que distinguíamos el sueño de la vigilia. Esto es, que si estuviésemos inmersos
en un sueño, no seríamos capaces de darnos cuenta.
3.º La posibilidad de la intervención de un
genio maligno que engañase a posta nuestros sentidos para que no pudiésemos conocer
la realidad.
Su primera certeza fue que aunque
todo fuese falso, para poder engañarlo era necesario que existiera, pues de lo
contrario era imposible incluso el engaño.
De este modo llegó a su primera
certeza:
PIENSO LUEGO EXISTO.
Después estableció como evidencia las
ideas natas, que son aquellas que no pueden ser producto de nuestra experiencia
ni tampoco pueden ser producto de la construcción a partir de otra idea. Ejemplos
de este tipo de ideas serían la idea de pensamiento y la idea de existencia.
Sin pretender por mi parte hacer una
tesis completa sobre el pensamiento cartesiano, no puedo evitar compararlo con
los últimos descubrimientos en física de partículas y las últimas teorías que
al parecer se han puesto sobre la mesa.
Continuando con este mismo
procedimiento y usando como base de nuestro método deductivo los principios
fundamentales de la física moderna,
podríamos decir que:
- Sabemos que todo es energía.
- Sabemos igualmente que es el
observador quien determina la posición y características de la partícula
observada, colapsando la función de onda.
- Como observamos la forma, podemos
pues deducir que todo es energía y que existe un observador cuya conciencia
determina dicha forma.
- Si atendemos a los fundamentos
concordantes de las distintas corrientes espirituales, encontraremos que todas
ellas parten de una premisa fundamental:
- Dios, el Brama, Rahma, el Chi,
Kundalini, el Boré, es el TODO. La materia primordial de lo que todo está hecho
y es también la conciencia creadora.
- Parece que según las últimas
investigaciones en el ámbito de la física de partículas, dirigidas a la
consecución de una teoría unificada del todo, ya no se distinguen distintos tipos de partículas energéticas.
Más bien se considera que hay un solo tipo de partícula que modifica sus
características según su vibración.
- Según las investigaciones en esta
misma materia, el principio de indeterminismo consiste en que las partículas a
nivel molecular en realidad son algo así como una nube de probabilidades con
una función de ondas que se colapsa al ser observada. Por tanto si no hay
observador no se determinan las características de dicha partícula.
- Parece ser que el científico Stephen
Hawking, está investigando en estos momentos, también en aras de encontrar una
teoría unificada, la posibilidad de que las leyes de la física cuántica sean
válidas para el universo. La base de esta teoría está en que el universo en su
inicio era más pequeño que un átomo.
Parece pues que ambas
realidades, la mística y la física, ya no están tan alejadas la una de otra.
- De hecho parece ser que las dos
únicas opciones serían o que todas las probabilidades posibles en el universo
estarían coexistiendo de algún modo. O que existe una conciencia superior que
estaría colapsando su función de ondas.
- O tal vez ambas posibilidades sean
ciertas, pero esto lo plantearé más adelante.
- Dios no solo existe, sino que
probablemente sea lo único EXISTENTE.
- Dios
además ha de ser uno, pues si tomamos en consideración la posibilidad de la
existencia de Dioses, estaríamos dividiendo el todo. Esos Dioses no serían pues
el todo, sino más bien la fracmentación del mismo y por tanto más parecidos a
nosotros mismos que a esta esencia única y absoluta.
Siguiendo
entonces con esta línea de pensamiento, hemos de preguntarnos ¿Qué soy yo?, y
para responder a esta pregunta tengo dos respuesta:
- Soy
energía, pues todo lo que existe lo es.
- Soy
consciencia, pues estoy haciéndome esta pregunta y eso significa que existo y
soy consciente de ello.
Y si yo soy energía y soy
consciencia, entonces he de concluir que yo soy Dios. Al menos formo parte de
la esencia del todo que es Dios, así que si no puedo afirmar taxativamente que
yo soy Dios, si que puedo decir que Dios es yo.
Sería
pues como en los fractales, no la totalidad de la esencia, sino cada uno de las
partes que autorreplica la semejanza del todo.
Como la célula madre, que contiene toda la
información del cuerpo pero que por si misma no es el cuerpo en si, aunque
puede llegar a serlo.
EN ESO ESTAMOS.