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jueves, 10 de abril de 2014

¿Y si Dios no creó el mundo?


Durante las últimas semanas, una idea ha venido rondando mi mente.

Parece que los últimos descubrimientos astronómicos nos acercan un poco más a confirmar la teoría del Big Bang.

Parece que, para completar el círculo, poco más queda por descubrir que el proceso de ese primer detonante, ese primer instante que marca la diferencia entre el todo y la nada, si es que es posible hablar de diferencia.

Así que, a la luz de lo que esta teoría significa, parece que tenemos que concluir que en un principio todo se reducía a un ínfimo punto de luz que, por alguna razón, decidió expandirse a través de una gran explosión.

En ese proceso de expansión, esa energía que emergió de esa partícula primigenia comenzó a crear la materia.

La vibración que esa energía fue adquiriendo o transformando en su periplo a través de ese espacio que ella misma iba creando a su paso fue definiendo y creando los distintos tipos de materia y energía que hoy componen la realidad de nuestro universo.

Ese mismo proceso, que fue creando el espacio, también lo hacía con ese confuso concepto que a partir de entonces pudimos haber llamado tiempo.

No sé si mi forma de explicar el proceso puede considerarse certera o exhaustiva, pero esta idea tan manejada en los últimos tiempos y que intento explicar me plantea algún que otro interrogante.

¿Y si pudiéramos conferir una nueva característica a esa minúscula partícula de energía?

¿Y si ese pequeño punto de luz estuviese dotado de consciencia?

¿Y si junto a esa expansión de energía, materia, espacio y tiempo, se hubiese expandido también esa consciencia latente?

¿Y si pudiésemos conferir intencionalidad a ese proceso?

¿Y si en principio hubiese sido el verbo?

Hay varias frases que me vienen a la memoria cuando pienso en todo esto.

Como es arriba es abajo.

Conoce lo que está delante de ti y conocerás el todo.

El microcosmos como el macrocosmos.

¿Y si ahí estuviera el secreto?

¿Círculos concéntricos, unos dentro de otros?

¿Figuras fractales que se auto replican?
 

Si analizamos el proceso de formación de un cuerpo humano vemos que todas y cada una de las células embrionarias, que se forman a través de la expansión de una sola célula, contienen la información del embrión al completo, cada una de esas células es el embrión completo o tiene la información necesaria para convertirse en un embrión.

Durante ese proceso de expansión, en un momento determinado de esa formación embrionaria, algo dentro de su ADN entiende que es necesario restringir parte de la información disponible. Entiende que para vivir esa experiencia, la célula debe especializarse, debe olvidar parte de su información y centrarse en alguna información concreta.

De esta forma aparecen las células que formarán el hígado y que desconocen cualquier dato sobre el corazón, las células del corazón, que no entienden las funciones del cerebro y así sucesivamente.

¿Y si el proceso por el cual cada uno de nosotros es un individuo concreto y aparentemente separado del resto resulta ser similar a ese proceso que ya empezamos a comprender dentro de la formación de nuestros propios cuerpos?

¿Y si esa misteriosa "mano del ángel" (que así es como se llama a la encima encargada de restringir toda la información que no resulte útil para el nuevo cometido de la célula) es quien propicia el EGO, la pequeña personalidad separada que creemos ser? ¿Y si, al igual que podemos invertir ese proceso en una célula para convertirla de nuevo en una célula madre, podemos invertir de algún modo el proceso de separación aparente para ser conscientes de nuevo de la totalidad?

Está claro que la información de lo que somos no es un simple proceso de suma de las partes que nos componen, debe existir otro sistema, otra forma de configurar lo que nos define como seres pensantes, pues nadie es menos él en su interior porque le falte un pie, una mano o incluso la funcionalidad de casi todo su cuerpo.

Si solo fuésemos la suma de las partes que nos componen, al perder algún miembro u órgano prescindiríamos también de la información de las células que lo componían y terminaríamos siendo un porcentaje de nosotros mismos.

De hecho no tiene mucho sentido que seamos o nos sintamos la misma persona durante toda nuestra vida dado que todas las células que componían nuestro cuerpo hace tan solo unos años han muerto y han sido sustituidas por nuevas células.

¿Hay entonces una conexión disponible, una nube a la que podamos asceder a través de algún mecanismo interno?

¿Es ese al proceso al que llamamos  LUMINACIÓN?

Jesús lo asimilaba a estar dentro de una habitación oscura, cuando alguien enciende la luz no preguntas dónde está la puerta, la ves y sales. Si alguien que ha padecido algún tipo de amnesia  sale de ella, no pregunta ¿quién soy? o ¿cómo me siento?, simplemente vuelve a sentirse él mismo.

¿Y si Dios no ha creado el mundo?

¿Y si Dios se ha convertido en el mundo?