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sábado, 20 de diciembre de 2014

¿De qué va esta crisis?

Hola a todos de nuevo, después de un paréntesis que espero comprendáis para dedicarme por entero a la promoción de mi libro, retomo estas páginas para compartir con todos vosotros una nueva reflexión.
Hoy querría hacer una reflexión en apariencia mucho más materialista. Y digo en apariencia porque cada vez estoy más convencida de que aquí solo hay una cosa importante y todo aquello de lo que la rodeamos no son más que cortinas de humo, muy elaboradas , pero de humo al fin y al cabo.
La reflexión de hoy entra de lleno en la crisis y en el empobrecimiento de la población mundial.
¿A nadie más se le ha ocurrido plantearse que las condiciones de esta crisis no tienen ningún sentido?
Si, ya sé que esta crisis ha sido analizada hasta la saciedad por los tipos más sesudos de todo el mundo, usando miles de términos grandilocuentes  y rimbombantes que no te dejan más opción que abrir mucho los ojos y exclamar un escueto y tímido ¡Aaah!
Sin embargo, con el permiso de todos ellos, yo, cuando la película que se está proyectando se vuelve demasiado incomprensible, tengo la costumbre de reducirla a sus líneas más básicas en un intento por desentrañarla.
Y eso es lo que, en definitiva, he intentado hacer con este enrevesado asunto.
Por aclarar un poco la idea, pensé que lo mejor sería coger una pequeña comunidad lo más apartada posible de la civilización, e intentar comprender una crisis entre sus miembros.
Puede haber varios motivos para que se produzca una crisis que excluya los miembros de una comunidad y los deje pasar hambre (para ello he tenido que incluir en uno de esos poblados el nivel de egoísmo de la civilización, de lo contrario no sería posible el análisis):
— Falta de materia prima: Desastres naturales, sequías o conflictos armados, pueden provocar una reducción drástica de la materia prima necesaria para alimentar a la población o incluso para construir sus viviendas y útiles necesarios para sus necesidades cotidianas.
—Falta de mano de obra: Cualquiera de estas situaciones anteriores, sobre todo los conflictos armados pueden ser la causa de que no haya mano de obra necesaria para cultivar los campos o para manufacturar los productos y construir viviendas,  vehículos y ropa.
—Merma de la población: Grandes epidemias pueden reducir drásticamente la población activa e incluso la capacidad de los individuos aún útiles.
Hasta aquí, a grandes rasgos, los motivos que bajo mi punto de vista, justifican la existencia de una crisis real, seguro que hay elementos  que no he tenido en cuenta, pero entre los expuestos están los más graves e importantes.
Hagamos ahora un análisis de lo que verdaderamente está ocurriendo en el mundo civilizado en estos momentos.
No falta materia prima, de hecho estamos viviendo una situación tan surrealista como que hay materia prima de sobra, que hay que destruir porque la gente que la necesita no tiene estampitas de intercambio.
(Sería necesario aquí hacer un inciso. El dinero que usamos en la actualidad es descendiente directo de los papeles firmados que los templarios ofrecían a los peregrinos a tierra santa, como aval de los bienes que estos dejaban a su custodia, para de ese modo poder usar de esos bienes en caso de necesidad sin que el llevarlos encima fuese no solo un estorbo sino también un peligro para su integridad).
Nos encontramos también con que la gente necesita casas donde vivir y coches que usar, pero tenemos miles de viviendas deshabitadas y miles de personas sin techo porque les faltan estampitas para comprarlas.
En cuanto a los coches tenemos otra incongruencia importante, pues tenemos materia prima, tenemos mano de obra, y tenemos gente que necesita usar esos vehículos. Sin embargo a la gente les faltan de nuevo las estampitas, eso hace que no se puedan fabricar esos vehículos, que la gente que trabaja en ellos tenga menos estampitas  y más imposibilidad para comprar vehículos, casas  o alimentos.
Ahora vamos a analizar las circunstancias de esas estampitas:
Como digo, desde sus inicios el dinero no era otra cosa que papel sellado y firmado que avalaba la existencia de bienes en depósito. Esto se respetó durante mucho tiempo, y hasta hace algunos años el papel moneda emitido estaba avalado por una cantidad de oro que le confería el valor. Pero eso ya no es así, hace años que el papel no está avalado por el noble metal, hace años que es una cuestión de estrategia numérica.
¿Porqué falta entonces el papel para obtener los bienes necesarios?
Ya sé que a esta pregunta, habrá muchos sesudos economistas que me respondan con sentencias como: "No se puede fabricar el dinero a gusto", "eso desequilibraría la balanza presupuestaria" y cosas parecidas.
Pero yo planteo algún ejemplo de esos de andar por casa, en un intento de comprender donde está el fallo del sistema.
A ver, yo entiendo que cuando en un campo donde había diez sandías, por alguno de los motivos expuestos anteriormente, la producción se reduce a dos sandías, que imprimamos más o menos dinero no soluciona el problema. Hay las mismas personas que ahora tendrán que repartirse dos sandías en lugar de diez, si se les da más dinero a cada uno solo conseguiremos que cada sandía cueste más cara, pues el hecho objetivo es que hay menos sandías que repartir entre la misma gente.
Empieza a cortocircuitarme el cerebro cuando lo que me encuentro es suficiente cantidad de sandías, gente que necesita consumirla y gente que necesita recolectarla y distribuirla, y para que cada cual cubra sus necesidades solo faltan estampitas . Y como no hay estampitas suficientes, la gente se queda sin cogerlas o distribuirlas y sin conseguir las estampitas necesarias para comprarlas, las sandías se pudren o se destruyen y la gente se queda sin poder consumirlas y pasa hambre, sin olvidar que el agricultor que tampoco puede vender las sandías también pasa hambre.
Y si además queremos rizar un poco más el rizo, y eso me queda muy cerca de casa, luego hay algún Alcalde que decreta multar a quienes, estando ya las sandías en los contenedores, se atrevan a sacarlas de allí con la intención de comerla o darla de comer a sus hijos.
¿Y nosotros nos llamamos seres racionales?
Pues he de decir que soy completamente incapaz de entender mínimamente este tipo de raciocinio.
Y para concluir mi reflexión, no me queda más remedio que preguntarme: Si  los motivos de esta crisis no están en ninguno de estos parámetros ¿dónde podría situarlos?
Y se me ocurren varias soluciones que seguramente, como todo lo anterior, no sean más que elucubraciones absurdas de alguien sin la más mínima idea de balances presupuestarios y equilibrios sostenibles, alguien sin nada que se parezca mínimamente a ningún tipo de titulo de economista.
Y como esa soy yo, y desde ahora ya advierto al lector que no soy ninguna entendida en esos menesteres, me atrevo a hacerme las mismas preguntas que podría hacerse cualquier albañil y cualquier padre-madre de familia.
¿No será que manteniendo primer, segundo y tercer mundo algunos poderosos lo que tienen es las herramientas necesarias para controlar a sus integrantes?. Me explico: Si yo estoy haciendo un trabajo durante una serie de horas de mi vida al día y veo que quien recoge los beneficios se queda cada vez con más y pretende bajarme a mi mis condiciones económicas continuamente, me negaré a ello. Y es obvio que para que alguien saque beneficios de algo, debe haber trabajadores que produzcan aquello que produce los beneficios, así que hay una balanza donde cada cual dispone de su fuerza.
Pero ¿y si el poderoso dispone de un reducto de personas lo suficientemente desesperadas como para trabajar por lo necesario para no morir de inanición? ¿no sería esta el arma necesaria para desequilibrar la balanza a favor del poderoso?
Esa sería una primera reflexión que atañería a las condiciones que se han dado en la sociedad desde que se convirtió en una sociedad capitalista y global. Pero ahora estamos además viviendo otra situación bastante inusual.
 ¿Por qué, en una sociedad donde no faltan ninguna de las cosas necesarias para que sus miembros vivan y vivan cómodamente, la gente está preocupada por su manutención y la de sus hijos?
Aquí se me ocurre hacer otra reflexión. Sabido es que la mente humana suele funcionar por capas o por etapas, me explico: Cuando falta lo necesario para sobrevivir, la atención de la persona está situada por completo en solucionar este tema, al fin y al cabo somos seres con instinto de supervivencia.
Cuando esta necesidad está cubierta, la gente busca bienestar, cultura, educación, ocio, comunicación, etc. Esta se me ocurre que se parece mucho a la situación vivida en los siglos XIX y XX.
Pero, y ahí está el kit de la cuestión, cuando la gente también tiene cubierta esta segunda etapa, es cuando suele descubrir un nuevo vacío, y empieza a necesitar respuestas para preguntas más trascendentes. ¿Quién soy? ¿qué sentido tiene mi vida? ¿quienes manejan este mundo? ¿como lo hacen y porque? ¿cuál es su poder? ¿por que ocurren cosas que destrozan la lógica estadística? y sobre todo ¿CUÁL ES MI PODER REAL SOBRE MI VIDA Y SOBRE MI ENTORNO?.
¿No será que a finales del siglo XX y principios del XXI, demasiada gente estaba ya haciéndose estas preguntas?
¿No estaría esto poniendo en peligro el poder de aquellos que manejan la sociedad?
¿No estarían preguntándose, que iba a pasar cuando la gente descubra que posiblemente sean más poderosos que aquellos que ostentan el poder?
¿No será la crisis una forma de volver a ocupar las mentes de los ciudadanos en necesidades más básicas de nuevo, para no dejar opción a pensar en todo esto?
Y tú ¿qué opinas?

lunes, 15 de diciembre de 2014

Presentación de Ajenjo


Ayer tuvo lugar el acto de presentación de mi libro Ajenjo, en la Villa del Conocimiento y las Artes de Mairena del Alcor.
Fue un precioso día lluvioso, porque eso dio, si cabe, más valor a la cantidad de gente que se reunió en aquella sala, donde se respiraba magia y buena energía.
Me sentí muy arropada rodeada de tanto cariño y apoyo, gracias, no tengo palabras.
Algo que no olvidaré jamás.
Un abrazo a todos.
 

viernes, 12 de diciembre de 2014

Entrevista en Radio Mairena

Hola de nuevo, os dejo el audio de la entrevista que me han hecho hoy en Radio Mairena para hablar de la presentación de mi libro AJENJO.
Os espero el domingo a las 13.00 en la Feria del Libro, en la Villa del Conocimiento y las Artes (Biblioteca Municipal de Mairena del Alcor)
 
 
 

lunes, 8 de diciembre de 2014

Nos vemos el día 14


Hola de nuevo amigos, hoy quiero recordaros que este próximo domingo día 14 de diciembre, a la una del mediodía, en la sala de exposiciones de la Villa del Conocimiento y las Artes José Manuel Lara, tendré el gusto de presentar mi novela Ajenjo, en el marco de la Feria del Libro de Mairena del Alcor.

Os invito y animo a acompañarme en esta ocasión.

La realización de este proyecto no ha sido para mi la realización de un proyecto cultural o literario simplemente, para mí este proceso ha conllevado mucho más que una transmisión de ideas, ha sido un proceso de compresión y conexión, un proceso cargado de una gran emotividad, donde he podido vivir lo que yo sin duda definiría como magia, y no me refiero a un acto de prestidigitación, me refiero a magia en su más alto y sublime significado. Esa magia que te hace comprender que todo puede cambiar porque nada es antes de que tú llegues a crearlo.

Quisiera poder compartir con todos vosotros esa sensación, y por eso, para este próximo domingo, y con la inestimable colaboración de amigos muy especiales, hemos preparado un acto muy íntimo y muy emocional. No es mi intención hacer una tesis sobre la profundidad de los conceptos que pueden aparecer en el libro, me interesa mucho más que, a través de algunos párrafos y algunas músicas, por unos minutos podáis sentir esa sensación de estar tocando esa parte de nosotros mismos, que siente en lo más profundo esa comprensión más allá de formas y conceptos.

Acompáñame en ese viaje.

Además es posible que encuentres alguna sorpresa, pero tendrás que venir para averiguarlo.