La reflexión de
hoy tiene como base un nuevo estudio sobre la realidad del universo, llevado a
cabo en nuestro país.
Intentaré
explicar primero en que ha consistido ese estudio, para a continuación plantear
un par de preguntas al respecto.
A continuación
transcribo casi por completo, un artículo publicado al respecto.
Artículo:
¿Recuerdan
aquello de la continuidad espacio-tiempo?
Vale, ¿y si la parte del tiempo de la ecuación estuviera, literalmente,
agotándose?
Nuevas
evidencias sugieren que el tiempo está lentamente desapareciendo de nuestro
universo, y que un día desaparecerá por completo. Esta radical teoría podría
explicar un misterio cosmológico que ha desconcertado a los científicos durante
años.
Los científicos
miden la luz de las explosiones de distantes estrellas, para mostrar que el
universo se está expandiendo a un ritmo acelerado. Se supone que las supernovas
se van distanciando más rápido que la propia edad del universo. Los físicos
también suponen que una especie de anti-fuerza de gravedad debe estar reconduciendo
a las galaxias, y comenzaron a llamar a esta fuerza no identificada «energía
oscura».
La idea de que
el tiempo podría cesar dentro de miles de millones de años, y que todo se
detendría, ha sido propuesta por los profesores José Senovilla, Marc Mars y
Raúl Vera de la Universidad del País Vasco, Bilbao en un estudio conjunto con la Universidad de Salamanca.
La conclusión
de dicho estudio pretente ser una
explicación alternativa a la «energía oscura», esa misteriosa fuerza
antigravitatoria que se ha sugerido para explicar un fenómeno cósmico que sigue
desconcertando a los científicos, pues hasta el día de hoy nadie sabe que es la
energía oscura, o de dónde procede.
El profesor
Senovilla, y sus colegas, han propuesto una alternativa alucinante. Proponen
que no existe esa supuesta energía oscura, y estamos viendo las cosas al revés.
Senovilla
propone que estamos engañados con la idea de que la expansión
del universo se está acelerando, cuando en realidad es el tiempo
el que se está ralentizando. A un nivel cotidiano, el cambio no sería
perceptible. Sin embargo, resultaría evidente en un seguimiento, a una escala
de medida cósmica, durante miles de millones de años.
La propuesta
del equipo, publicado en la revista Physical
Review D, califica la energía oscura como una ficción. En cambio,
señala Senovilla, la aparición de la aceleración es causada por el tiempo mismo
que se va ralentizando gradualmente, como un reloj con una batería deteriorada.
«No decimos que la expansión del universo sea una ilusión», explica, «sino la
aceleración de esa expansión, es decir, la posibilidad de que la expansión
esté, y haya estado, aumentando su velocidad»
Si el tiempo se
va ralentizando gradualmente, pero nosotros, ingenuamente, seguimos derivando
las ecuaciones para obtener los cambios de la expansión, respecto a (un flujo
estándar del tiempo), entonces, los modelos simples que hemos construido en
nuestro trabajo mostrarían una «velocidad efectiva de aceleración de la
expansión.
Las precisiones
de estas medidas dependen del tiempo que queda invariable a lo largo de todo el
universo. Si el tiempo se está ralentizando, según esta nueva teoría, nuestra
solitaria dimensión de tiempo se puede estar convirtiendo lentamente en una
nueva dimensión de espacio. Por lo tanto, las antiguas y muy distantes
estrellas observadas por los cosmólogos, desde nuestra perspectiva parece como
si se estuvieran acelerando.
«Nuestros
cálculos muestran que podríamos pensar que la expansión del universo se está
acelerando», señala el profesor Senovilla. La teoría basa su idea en una
variante particular de la teoría de
supercuerdas, en el cual nuestro universo está limitado a la
superficie de una membrana, o brana,
que flota en un espacio de dimensiones
superiores, conocida como la «mayor». En miles de millones de
años el tiempo dejaría de ser tiempo completamente.
«Entonces todo
se congelará, como la foto de un instante, para siempre», dijo Senovilla a la
revista New Scientist.
Por radicales que sean, y de alguna manera, sin
precedentes, estas ideas no carecen de apoyo. Gary
Gibbons, un cosmólogo de la Universidad de
Cambridge, dice que el concepto tiene su mérito. «Creemos que el tiempo surgió
durante el Big Bang, y si el tiempo puede surgir, también puede desaparecer,
simplemente es el efecto contrario.»
Hasta aquí la explicación del estudio en
cuestión. Espero que se entienda medianamente bien a pesar de la dificultad de
tal cometido cuando entramos en distancias y efectos siderales.
Me voy a arriesgar aún a incluir en esta
ecuación otro concepto igual de escurridizo, me refiero a los taquiones.
Un taquión es
una partícula hipotética cuya velocidad supera a la de la luz. Las propiedades
que tendría una partícula así se obtienen analizando las expresiones de energía
y momento que aparecen en la relatividad general.
Un requisito que debe cumplir cualquier magnitud
medible es que se trate de un número real. Al introducir una velocidad para
esta partícula mayor que la de la luz se obtiene una masa imaginaria. Debido a
que su velocidad es mayor que la de la luz, esta masa no es directamente
medible.
Los taquiones
de energía cero se mueven con velocidad Infinita. ¿Es de verdad posible una
velocidad infinita?
Bueno pues si
tenemos en cuenta que para calcular la velocidad de algo se necesitan dos
referencias (distancia recorrida y tiempo) y si acordamos que a la velocidad de
la luz el tiempo no existiría o al menos dejaríamos de contabilizar sus
efectos, parece que esa sería la conclusión más evidente.
La idea de una
partícula que se mueve a velocidad infinita tiene sus paradojas. Iría de A a B
en un tiempo nulo, lo cual significa que estaría en A y B al mismo tiempo, y
también en todos los lugares intermedios. Y seguiría hasta los puntos C, D, E,
etc., a través de una distancia infinita, todo ello en un tiempo nulo. Una
partícula que se moviera a velocidad infinita tendría por tanto las propiedades
de una barra sólida de longitud infinita.
Entraríamos por
tanto de lleno, como cada vez que entramos en el mundo de las partículas
subatónicas, en una realidad subrrealista para nuestra percepción.
Quiero, sin
embargo, al hilo de estas consideraciones plantearme un par de preguntas. No es
que tenga la respuesta para ellas, solo considero las posibilidades.
Es necesario
no obstante hacer una última consideración a priori. Ya he planteado en
artículos anteriores la posibilidad de que la consciencia exista con
independencia del soporte físico que la sustenta y que apareciera del mismo Bin
Bag como un cuarto elemento junto con el espacio, la materia y el tiempo.
Pues bien,
siendo así ¿Sobrevive nuestra
consciencia usando como vehículo alguna de estas partículas subatómicas? ¿Puede
variar el soporte en su naturaleza según la naturaleza de nuestra propia
consciencia? O dicho de otro modo, ¿es nuestra consciencia energía más o menos
densa dependiendo de su vibración?
Si esto fuera
así, ¿serían los taquiones el vehículo de las consciencias más elevadas? ¿Podríamos deducir esto de pasajes como este?
"Los hijos del reino son como el viento, oyes su rumor pero no sabes de
donde vienen ni adonde van"
Por otro
lado:
Quienes han
experimentado una experiencia cercana a la muerte, o incluso alguna experiencia
de orden místico, suelen coincidir en una característica común a todas ellas,
el tiempo se detiene o el tiempo deja de existir.
¿Dispone el
universo de mecanismos, como los agujeros negros o agujeros de gusano que
pudieran permitir a nuestra consciencia, en este tipo de soporte, viajar hasta
ese momento de detención del tiempo?
¿Es eso lo
que se ha dado en llamar el final de los tiempos?